Locales-Condenan por violencia de género a un efectivo policial

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Condenan por violencia de género a un efectivo policial
Los jueces Danilo Cuestas, Luciano Savignano y Guillermo Gerlero adelantaron el veredicto de culpabilidad a Ignacio Martino por las lesiones sufridas por su esposa María José Rodríguez en enero de este año en la vivienda de Perú al 1.500.
Un caso de violencia de género llegó a juicio rápidamente por la figura procesal de flagrancia y los jueces adelantaron su veredicto de culpabilidad tras una extensa jornada de debate desarrollada entre la mañana y la tarde del miércoles en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1.

La jornada de debate se desarrolló desde las once de la mañana hasta pasadas las 14:00 y tuvo momentos de mucha intensidad como el relato de la víctima, María José Rodríguez, de lo ocurrido ese viernes 12 de enero de este año en la vivienda familiar donde convivía con su marido Ignacio Martino y los hijos.

La mujer le describió a los jueces Danilo Cuestas, Luciano Savignano y Guillermo Gerlero como sucedió todo el ataque sufrido. El relato fue desgarrador y puso en evidencia una situación de maltrato que tuvo episodios anteriores; pero no fueron denunciados.

La fiscal Karina Póllice en los alegatos de la acusación requirió a los jueces que condenaran a Martino a cinco años de prisión por el delito de lesiones graves agravado por violencia de género y el vínculo de marido y mujer.

En tanto, el abogado defensor Rodrigo Cuellar Aliaga trató de derribar la calificación de lesiones graves y suprimir el agravante de violencia de género para favorecer la situación de su cliente. Por ese motivo pidió que la condena fuera por el monto mínimo de la calificación legal.

El viernes 11 de julio en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal los jueces Cuestas; Savignano y Gerlero darán a conocer los fundamentos del veredicto con la calificación legal y el monto de pena.

En este sentido, el abogado hizo comparecer a Martino para que contara como era esa relación de pareja y lo que se estaban disputando al momento de la agresión sufrida por la esposa.

El joven efectivo policial de 29 años describió la relación como de muy absorvente por parte de ella, donde estaban las 24 horas del día juntos y ella no les daba espacio ni compartía momentos con la familia.

El hombre intentó instalar entre los jueces la idea de una pelea recíproca; donde ambos contendientes eran a la vez víctima y victimarios.

Para la Fiscalía 4 se trató de un episodio de violencia de género, que tuvo una serie de ataques del hombre a su esposa ese viernes de verano desde las 13:45. A esa hora se generó una discusión verbal entre ambos y la mujer se retiró de la sala hacia su habitación para acostarse. El hombre la siguió, le propinó una cachetada en la mejilla izquierda; la zamarreó desde los brazos y luego la asfixió con ambas manos apretando del cuello.

Finalmente la soltó y ella se acostó a dormir la siesta con la tristeza de sufrir nuevamente un violento ataque de su marido. El joven uniformado se recostó a jugar con una «tablet».

A las 17:00 volvieron a discutir porque ella le preguntó si había recapacitado sobre lo ocurrido y si había decidido irse de la casa por un obvio agotamiento de la relación de convivencia. El hombre empezó a desplazarse frenéticamente por el interior de la casa y arrojó las llaves de los dos autos hacia el patio y entre las amenazas verbales le dijo: «Te voy a matar como a una rata»; según surge de las actuaciones judiciales de la Fiscalía 4.

Tras esta amenaza volvió a la carga contra la mujer. La empujó para derribarla y la mujer cayó de rodillas contra el piso de cemento. Ella estaba en una posición muy vulnerable y el sujeto aprovechó a darles puntapiés por todo el cuerpo y en los dedos de los pies.

Ante este ataque extremo la mujer gritó para pedir auxilio y alertar a los vecinos sobre lo que estaba padeciendo.

El hombre realizó una serie de maniobras muy parecidas a las tomas de lucha libre que están descriptas en la causa judicial. La agresión incluyó nuevamente asfixia con las manos en el cuello y repetitivos golpes de la cabeza de la mujer contra el piso hasta hacerla desvanecer.

Durante este ataque el hombre también empuñó una botella de alcohol y un encendedor para amenazar con arrojársela sobre su cuerpo y la casa e incendiar la vivienda con los niños adentro.

La hija fue la que se acercó al portón y gritó por auxilio a las personas que pasaran por el lugar. En ese momento intervino el vecino, quien encontró en el patio a la mujer tendida y sobre ella su marido con la rodilla apoyada en el pecho y sosteniéndola de los brazos para reducirla.

El vecino se involucró y le pidió que la soltara. El violento marido la soltó y hubo una pequeña escaramuza entre ambos que el vecino cortó rápidamente reduciendo al violento hombre.

En ese momento llegó la policía y arrestó al sujeto que estaba reducido por el vecino y se dispusieron a llevarlo a un patrullero del Comando.

Mientras los uniformados lo trasladaban al móvil el agresor seguía exultante y le profirió una serie de amenazas al vecino que se involucró en la injusta situación.

La mujer sufrió la fractura de un hueso del pie izquierdo entre otras abundantes lesiones en distintas partes del cuerpo que fueron catalogadas, por los peritos en forma global,como graves.

A lo largo de la relación de pareja ya se registran antecedentes de ataques del hombre a la mujer y en una oportunidad ella tuvo que ser hospitalizada por un ataque.

Fuente: Semanario del Tiempo

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