El escenario del terror fue Villa Gesell. El efectivo de la bonaerense era cómplice de todo. Una vecina se cansó y lo denunció.

El horror no tiene límites. Chicos abusados, chicos «vendidos» como mercadería. Denuncias cajoneadas. Detrás de todo, un policía bonaerense, cómplice de todo. También lo acusan de participar de las violaciones. El escenario de semejante trama de perversión fue Villa Gesell.

Los chicos abusados tienen entre 5 y 16 años. Los abusos se extendieron unos 5 años. Nadie investigaba por razones perversas y obvias: el policía que «manejaba el negocio», «planchaba» todo. Ninguna denuncia prosperaba.

Una vecina se cansó de tanto oscurantismo, de tanta protección y llevó la denuncia a Tribunales. Y allí la escucharon.

Entonces se ordenaron capturas: por un lado, se acusó a la madre y al padrastro de las víctimas por los múltiples abusos.

Al policía y a otros dos hombres de la zona, se los mandó a detener por abusos sistemáticos y por la oferta de los niños como si se tratase de mercadería.

La acusación fue redactada por la fiscal Verónica Zamboni, quien no dudó.

Al policía Fabián Genta lo imputó por «promoción de la prostitución de menores de edad agravada por mediar abuso de autoridad, violencia e intimidación, por resultar el autor miembro de las fuerzas policiales y por mediar concesión de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de quien tiene la autoridad sobre las víctimas».

Según la acusación, la denuncia se formuló en octubre de 2014. La primera en caer presa fue la madre de los chicos. Luego, capturaron al policía. Pero tanto el padrastro como otro de los delincuentes sexuales lograron escapar.

En los últimos días, la subdelegación Pinamar de PFA los detuvo.

La fiscal escribió: «en los hechos investigados participaban policías de la seccional segunda de Villa Gesell y otros civiles, algunos abusando sexualmente de los menores, otros promoviendo la prostitución de los mismos, trasladándolos a otros inmuebles donde también eran abusados y prostituídos».

Para ser más directos. Padres violadores, policías cómplices. Las víctimas, nenes vendidos como objetos. Qué más decir. Asco puro.

Fuente: Minutouno