La joven tiene un retraso madurativo y había escapado de su casa luego de que su padre la abusara sexualmente. Vivió en las calles de Cipolletti mientras él cobró durante más de una década una pensión que le correspondía a ella.

La historia tuvo lugar en el barrio Tres Luces de la localidad rionegrina de Cipolletti. Marcela, de 22 años, sufre un retraso madurativo y hace sólo seis meses que dejó de vivir en la calle, pero lo más difícil de su vida no fue eso, sino intentar de olvidar la tarde en que su padre la violó.

«Me dijo que no dijera nada, que me callara, pero yo me sentí mal y un día lo conté», le explicó la víctima al medio rionegro.com.ar. Eso fue a principios de enero de este año y el 27 de ese mismo mes radicó la denuncia en fiscalía. «La hice porque no aguantaba más», indicó la joven.

Recién cuando radicó la denuncia es que ella supo que desde hace tres años su padre, quien está siendo investigado por abuso y sobre el que rige una prohibición de acercamiento, cobra su pensión por discapacidad de $5000 pesos.

Marcela cuenta que su padre la violó «una vez» y que aprovechó una tarde cuando estaban solos en su casa del barrio Tres Luces de esa ciudad. «Yo estaba en mi habitación, él entró y abusó de mí. Yo grité pidiendo ayuda, pero nadie vino. Cuando pude sacármelo de encima corrí», deja saber.

La joven relató que cuando salió de su vivienda se cruzó con un vecino al que le contó lo que le había pasado y afirma que él le dijo: «Yo te escuché, andá y hace la denuncia». Esto fue hace 11 años y desde ese momento ella decidió vivir en la calle antes que sufrir otro abuso. «Me fui a la calle porque él me amenazó, viví en la plaza San Martín pidiendo. La pasé muy mal, pero desde que conocí a mi pareja todo cambió», cuenta Marcela.

Alberto tiene 54 años y cuenta que la conoció cuando ella estaba fuera de un conocido supermercado de la ciudad pidiendo dinero. Eso fue a mediados del año pasado y desde entonces viven juntos. Él no supo de la situación hasta que ella sufrió una crisis nerviosa y le contó lo ocurrido.

Luego de que hicieran la denuncia supieron que a Marcela, por el retraso madurativo que sufre, le correspondía cobrar una pensión de 5.000 pesos: «Yo no sabía nada que me correspondía ese dinero y cuando consulté me dijeron que mi papá, que me violó y que nunca me ayudó, es quien lo está cobrando«.