Locales-Multas para vecinos que estacionen vehículos en desuso en la vía pública

 En estas últimas semanas el Municipio inició un programa para lograr mayor compromiso ciudadano en el mantenimiento de los espacios públicos dado que varios son los sectores que se ven afectados por la desidia de un minúsculo grupo que atenta directamente contra la ciudad. Días pasados, se daba cuenta de la generación de basurales a cielo abierto por parte de quienes hacen en la calle lo que no hacen en su casa: ubicar los desechos donde no corresponde. Ahora el ingeniero Daniel Freggiaro, titular de Servicios Públicos, incorpora un nuevo elemento que no sólo interfiere con los derechos de los demás sino que además es un factor de insalubridad: “La contaminación va más allá de bolsas con residuos que se encuentran desparramadas en los terrenos baldíos o bien en espacios verdes, hay cuestiones que generan más inconvenientes ambientales, y nos estamos refiriendo a la cantidad de vehículos abandonados sobre calles y veredas”, agregó el funcionario.

Al realizarse un relevamiento preliminar, surge que la modalidad adoptada por los vecinos es más frecuente de lo que se pensaba: “Para nosotros esta situación representa en este momento un capítulo de relevancia dado que las cifras son preocupantes, no imaginábamos encontrar tantos rodados en la vía pública porque más allá del problema ambiental ocupan lugares destinados al paso de la gente o bien de otros vehículos”, expresó el funcionario.

La Secretaría de Servicios Públicos relevó los vehículos abandonados a fin de intimar a los titulares a retirarlos de tal situación. “Si esto no ocurre, procederemos con equipos del Municipio a su remoción”, advirtió Freggiaro, aclarando que se notificará al titular que figure en los registros sobre el traslado y la posterior eliminación, proceso que está amparado por la ley. Es decir que quien posea un auto en desuso en la vía pública y no lo encuentre en su lugar, puede presumir que fue acarreado por la grúa, no obstante será notificado pero en tanto el vehículo esté registrado a su nombre.

Ante el estupor del funcionario por los datos relevados, LA OPINION le consultó:

– ¿De qué cifras estamos hablando? 

– Para tener una idea de la magnitud del problema, solamente en el radio céntrico de la ciudad identificamos más de 150 automotores en esa condición, por lo que se estima que la cantidad total debe superar las cinco centenas. Las razones de este proceder se tomaron basándose en la normativa vigente que prohíbe y sanciona la utilización de los espacios públicos, en particular las veredas, dado que las mismas no se pueden emplear para colocar basura, trastos viejos o vehículos.

Mantenimiento y peligro  

La legislaciones que hablan sobre el proceder en estas situaciones no refieren tanto al trastorno que provocan en el tránsito o la afectación al derecho a estacionar de los demás sino que están vinculadas con cuestiones de limpieza y seguridad para la gente que circula por las veredas.

“Más allá de los contratiempos que se producen por estos rodados detenidos, es complejo lograr un mantenimiento por cuanto en el lugar de estacionamiento se acumula basura propia y ajena provocando que no pueda limpiarse debidamente”, resaltó el funcionario que hizo notar que además favorece el crecimiento de malezas, ocasionando una visión e imagen de abandono en los barrios de Pergamino.

“Sabemos que en el caso de los vehículos los procesos de contaminación se agravan por las pérdidas de hidrocarburos que afectan al medio ambiente; por otra parte hay que considerar la formación de un paisaje francamente desagradable e inseguro para la circulación por las veredas dado que imponen que los transeúntes deban bajarse a las calles con el riesgo que ello implica”, advirtió el ingeniero Freggiaro.

A su entender, “muchas veces esos rodados son utilizados por los delincuentes como lugar para ocultarse de las patrullas y para sorprender a los vecinos para la realización de acciones delictivas; las autoridades policiales nos confirmaron este tipo de hechos y nos acompañarán en las medidas que tomemos para poner un freno a estas costumbres”.

La Opinion de Pergamino