Inseguridad en los pueblos: convocaron a una manifestación en Conesa

El delito llegó a las localidades pequeñas del interior y por esta razón, vecinos de la localidad del Partido de San Nicolás realizarán una marcha sobre la ruta Nº 188 en reclamo por más seguridad, debido a los últimos hechos delictivos ocurridos en domicilios.

La inseguridad que aqueja a las ciudades bonaerenses, se extendió a las pequeñas localidades y pueblos del interior de la provincia que hasta hace algunos años se caracterizaban por una vida tranquila.

Los hechos más frecuentes son los robos en viviendas, en depósitos o empresas radicadas tanto en la planta urbana como en  la zona rural e incluso se han registrado asaltos violentos.

Esa vida tranquila que llevan los habitantes de las pequeñas localidades del Partido se ve a menudo alterada por hechos delictivos que generan la preocupación de la comunidad.

En esta ocasión, un grupo de vecinos de Conesa, Partido de San Nicolás, ubicada en el límite partidario, convocó a la realización de una marcha en reclamo por más seguridad, a raíz de varias denuncias por hechos delictivos en domicilios, ocurridos en los últimos días.

La manifestación fue convocada para el lunes a la mañana, en la sede de la  Cooperativa de Conesa, movilizándose por la ruta nacional Nº 188.

Lisandro Ruffini, uno de los promotores de la manifestación indicó que el motivo de la misma es que “nos escuche alguien para ver qué es lo que se puede hacer en el pueblo”. La marcha se dispuso tras haberse realizado una reunión organizada por vecinos de esa localidad. Sobre la situación que motivó la convocatoria a la marcha, Ruffini, expresó que “se están sucediendo en muchas ocasiones robos en distintas casas”, e incluso indicó haber resultado ser víctima en uno de ellos. “Nosotros queremos que esto tenga una solución”, precisó.

Reclamo

El organizador se refirió a los operativos de seguridad que se dispusieron a principios de agosto luego de mantenerse una reunión con funcionarios del Municipio de San Nicolás y autoridades policiales y señaló que están “tratando de juntar más personas del pueblo para que participen en estas reuniones para ver qué solución se puede dar”.

El encuentro surgió ante una serie de robos registrados en domicilios de esa localidad y en esa oportunidad, el delgado municipal Oscar Sequeira, había expresado que obtuvieron una respuesta sumamente favorable y que se dispondrán operativos con el objeto de que haya más recorridas de móviles policiales. “El pueblo no está acostumbrado a este tipo de situaciones”, sostuvo el funcionario de Conesa.

Migración

En los últimos años ha quedado claramente en evidencia que la población de pueblos tradicionalmente tranquilos es hoy víctima del grave deterioro de las condiciones de seguridad.

De esta manera, se advierte un proceso por el cual el delito que azota principalmente a los grandes centros urbanos comienza a afectar, con diferente intensidad, a las localidades del interior.

Las causas de esta preocupante situación son complejas. Por una parte, en los últimos tiempos comenzó un proceso de migración interno que llevó a que un considerable número de personas abandonara el Conurbano bonaerense y ciudades en las que vieron empeorar sus condiciones de vida. Muchos de ellos se radicaron en pueblos en los que hay mayor demanda de trabajo y que registran menores tasas de desocupación. Como consecuencia de esto, ha habido un crecimiento de la población socialmente marginada de la cual surgen o en la cual se refugian delincuentes y violentos.

Esta, entre otras cuestiones, hacen que las zonas rurales comienzan a padecer con intensidad el problema de la inseguridad, tornándose necesario que las autoridades tomen medidas urgentes a fin de revertir la tendencia que ha comenzado a registrarse.

Sin duda que las primeras medidas deben estar orientadas a recomponer la confianza en la policía local, para lo cual se deberá mejorar la prestación del servicio, sobre todo en materia de prevención, ya que esto permitiría que gradualmente se abandone un clima de inquietud entre los pobladores.

La Opinion de Pergamino