Locales-Javier Martínez dio su respuesta por los subsidios entregados al club Douglas Haig.

Días pasados, en el programa matutino de radio 10 del periodista Julio Montero, se hicieron algunas conjeturas al menos aventuradas y tergiversadas sobre nuestra gestión de subsidios a los clubes de la ciudad y específicamente al club Douglas Haig, llevando un manto de sospechas, acusaciones infundadas y en su gran mayoría falsas como fue el caso de los subsidios a los bomberos de El Socorro; el cual entregamos en tiempo y forma lo solicitado por el cuerpo de la localidad.

Quiero pedirles disculpas a los vecinos por no haber respondido antes; y es porque entendí que sobre la mancha y las acusaciones que se hacían sobre tan noble institución de la ciudad, sólo contribuía al lenguaje de la política que no quiero hablar, que no lo se hablar.

En el diario La Opinión de hoy, la comisión Directiva del Club establece algunos puntos que son relevantes a través de una solicitada. Y a partir de allí ya me siento con la responsabilidad de dar mi versión del tema.

No hay política pública más efectiva en lo que hace a la inclusión, Desarrollo Social y proyección de sociedad que un subsidio a las instituciones más importantes de la ciudad. Las que rescatan a los pibes, las que generan ejemplos de esfuerzo, las que marcan diferencias para toda la comunidad.

Desde que comencé mi mandato utilice horas de gestiones y esfuerzo para poner de pie a más de 50 clubes de la ciudad. Logrando apuntalar a un montón de instituciones que no tenían un futuro prometedor. Con el subsidio logrado en conjunto con el Ministerio de Educación y Deportes de La Nación. Y no sólo clubes deportivos, instituciones educativas y de la cultura. Siempre con el objetivo de generar espacios de inclusión.

A Douglas el municipio lo ayuda desde 2005 con un valor porcentual equivalente al pagado durante el 2016 y un estimado menor para el 2017. Sumar los dos años en la información fue la primera picardía de la noticia.

Los chicos de 12 a 18 viajan, entrenan y viven como jugadores profesionales. Esta situación los hace alejar de los vicios, les puedo asegurar que el 98% no bebe alcohol ni fuma.

Conviví con ese sistema mis últimos tres años de presidente. Es un orgullo verlos los viernes a la noche todos vestidos en la sede, emprendiendo un viaje a Tucumán, Mendoza o Misiones, cada uno con su almohada, porque viajaban de noche ya que no podíamos pagarle hotelería. Aún con esa desventaja de jugar sin dormir. Y cuando bajan en cualquier estación de servicio, dicen orgullosos «somos Douglas de Pergamino».

No solo los chicos de Douglas compiten en las inferiores, lo hacen de todos los clubes a través de Douglas cuando encuentran a un chico con potencial. Es un programa de inclusión deportiva que incluye a la totalidad de la población de nuestra ciudad.

Sé que resultaría imposible que todos los pergaminenses nos pongamos de acuerdo en el destino de los subsidios a las instituciones de la ciudad. Y es razonable entender que la dirección se la da el intendente de turno. No he cambiado la política con Douglas, muy por el contrario, la he continuado. Pero si he cambiado mucho con un centenar de instituciones que no recibían nada. Es un despropósito no pensar en el futuro de los chicos y ese esfuerzo es para ellos.

Me da pena que la oposición, con tantos años de gobierno haya hecho poco y nada por las instituciones deportivas de Pergamino, hoy muchas de ellas ni siquiera lograron continuar. Creo que el Estado tiene que apoyar buenos ejemplos de trabajo comunitario, de acceso, de puentes, de cercanía, de respeto, valores y buena prácticas.

Ingresé a la política para cambiar, para romper con las falsas promesas del pasado, para ayudar a quienes más lo necesitan, para hacer lo qué hay que hacer y para siempre. Podemos no estar de acuerdo, pero siempre con la verdad.