Nacionales-«ME VIOLARON TODOS» gritó Magalí apenas despertó del coma.

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Madre de la menor violada en Tandil

Texto de Zuleika Esnal

«ME VIOLARON TODOS,ME VIOLARON TODOS, ME VIOLARON TODOS» gritó Magalí apenas despertó del coma.
13 años tiene. O tenía. La madre no sabe bien porque parece una nena de 6 años. Dice que no habla. Que se arrancó la sonda en medio de una crisis y tuvieron que sedarla.Que tiene la vagina destruida. Que hay quemaduras de cigarrillo en todo el cuerpo incluyendo las orejas.Arañazos en el pecho y el abdomen de cuando intentó resistirse a ser violada, desfigurada a golpes y quemada.
Tiraron el cuerpo al medio de la ruta para que alguien la atropellara y así borrar las huellas.
«Estaba oscuro, pensé que era un animal» dijo el conductor de la camioneta. Y agregó que la tiraron a propósito, que no vio quien fue y que no pudo esquivarla.
Como a un perro. Peor que a un perro.
A mí no me importa si estaba en una fiesta. Si es chica para estar adonde estaba. Si tomó alcohol o estaba sobria. Si salió con las primas por Tandil cuando debería estar en casa.
Porque lo que verdaderamente importa es que esta nena llegó a la guardia de una sala de emergencias violada, atropellada por una camioneta apenas respirando y más de uno pregunta ¿pero donde mierda estaba para que le hicieran eso? Porque hay mucho forro pregonando que hay lugares donde si te metés, entonces bancátela.
No conozco la idiosincrasia de Tandil. Se que es un pueblo, se que hay pibes con plata, mucha plata que se creen con derecho de tomar lo que quieren, cuando quieren, como quieren y eso incluye a Magalí.
Magalí que fue a una fiesta con las primas, como fuimos todas en algún momento. Pero claro, como la violaron, de repente es una putita que estaba donde no debía.
«La noticia impacta y llena de horror a Tandil» reza el diario local.
Acá no ha pasado nada, digo yo. Porque en una ciudad donde todos saben todo, todavía no hay culpables. Guita señores. Hipocresía. Impunidad para los de siempre, como siempre.
Y mientras tanto esta nena, que nunca más fue al colegio. Que toma ocho medicamentos por día incluyendo Clonazepan 2 mg. Que tiene un golpe en el cráneo con secuelas de por vida. Que probablemente nunca pueda tener hijos por el útero destrozado. Que sufre pérdida de memoria, involución madurativa, dolores crónicos. Que no sale a la calle desde que pasó lo que pasó hace cinco meses por miedo a que la maten «a que me agarren de nuevo.» Recuerda, eso sí, que uno le pegaba, otros dos la sostenían de los brazos y la insultaban para que no se resista. Que le bajaron los pantalones y la violaron por turnos.
Y seguimos preguntando por qué estaba donde estaba. Si andaba a los besos y después que querés, que se joda. Seguimos cuestionando minifaldas y pelotudeces mientras esta piba se retorcía literalmente de dolor en una cama de hospital. Mientras no sale a la calle porque sabe que están libres y con plata. Mientras echaron al padre misteriosamente del trabajo por atreverse a denunciar.
«Pueblo chico, infierno grande», muy bien. Que arda entonces. Que se prenda fuego. Que se pudra todo. Que no tengan paz. Que dejen de una puta vez de ofenderse por el aerosol en las paredes y «esas putas en la calle». Que indigne lo que verdaderamente importa POR FAVOR que es la vida de esta chica. Y la de todas las demás.
Y mientras siga pasando lo que pasa, mientras aparezcan muertas, calcinadas, cagadas de miedo a denunciar, mientras sigan amenazas, violaciones, morgues llenas de pibas que deberían estar en el colegio, vamos a ser cada vez más putas por las calles. Y ofendete si querés. Perdé el tiempo y la energía en indignarte mirando a la pared. Que por eso pasa lo que pasa.

Zuleika Esnal

Lo que sigue es la noticia que fue publicada por www.mdphoy.com el 09/09/16

Madre de la menor violada en Tandil: “Magalí tiene miedo de que la maten”

El relato del sufrimiento de una nena de 13 años, la descripción de cada vejación, todas sus lágrimas y el dolor de semejante atropello a su cuerpo, su intimidad, a sus derechos, pudieron comprobarse con las pericias realizadas. Pero por la gravedad de su cuadro, Magalí, no está en condiciones de declarar.

El horroroso hecho ocurrió en Tandil, a comienzos de junio. Ella recuerda que un joven le pegaba, otros dos la sostenían de los brazos y la insultaban para que no se resista. Le bajaron los pantalones y la violaron por turnos. Luego la dejaron en la ruta 226 porque buscaron que muriera atropellada por un auto y así “borrar” la evidencia del horror.

“Tiene miedo, parece una nena de 6 años. No habla, no dice nada. Llora, está muy afectada y queremos justicia”, sostuvo a Big Bang News, Marcela, la madre de la niña.

Hace cinco meses, ella decidió ir a bailar con sus primas. Era una fiesta difundida por Facebook. Se trataba de una reunión realizada en una casa quinta alquilada, a la que asistían “niños bien” de la zona. Algunos eran jugadores de fútbol del club Santamarina.

También había otros reconocidos por tener “fama local”, sea por ser empleados públicos o por pertenecer a alguna familia con reputación. Las chicas, en su mayoría menores de edad, eran simplemente de la zona y no podían faltar.

Magali se maquilló, se cambió y salió con ganas de divertirse. Iba con ella un amigo, Juan Enrique Cisneros, quien le insistió con que fuera. Pasaron varias horas, bailando y tomando algunos tragos. Otro nombre que resuena es el de Lucas Gómez, un joven “poderoso” por su alto nivel económico, en relación al de Magalí.

Pero el grupo de chicas se dividió al momento de volver. Ella no salió de la casa quinta para regresar a su casa como el resto. Se quedó en búsqueda de su campera y vivió una tortura sexual violenta y con un final que bordeó con su muerte.

“Mi hija no era de ir a ningún lado sin permiso. Era muy inocente. Quiso salir con sus primas, no hizo nada más que eso, hasta que le pasa todo lo que le hicieron”, argumenta la mamá con mucho dolor, mientras muestra la foto que le sacó al verla por primera vez luego de ser llamada por la Policía, esa fatídica madrugada del horror.

La madre de Magalí confirmó: “Mi hija me contó que la violaron”

La joven se resistió con todas sus fuerzas. Magalí fue golpeada, arañada y hasta quemada con cigarrillos. Luego intentaron disimular lo ocurrido arrojándola en una ruta en la que la atropelló una camioneta, pero siguió con vida, para contar la verdad.

Pese al tiempo transcurrido, sólo hay dos imputados. Su madre espera que se detengan a más jóvenes.

El diagnóstico del psiquiatra
“El psiquiatra me dijo que está muy mal. Que en este estado y por sus condiciones mentales no está seguro que pueda declarar en la causa. Tiene pérdida de memoria y se le generó una involución en su maduración. No es la misma. Es como si tuviera otra hija luego de esa fiesta. Esta ida  y temerosa de todo”, señaló.

Al hablar Marcela está nerviosa, su otra hija llora. Es la más chica de las cuatro y todas sufren por su hermana. “Maga no habla con nadie del tema, está perdida. Tiene que asistir al psicólogo. Toma 2 miligramos de clonazepam y otro relajante. Son ocho pastillas por día las que toma por las secuelas que padece. Es una pesadilla”, dice horrorizada.

Magalí no va más al colegio. Casi no sale de su casa. Una maestra la visita para mantenerla entretenida, pero su nivel intelectual también se vio afectado. Para intentar despejar su mente, le recomendaron que realice una actividad artística. Por ese motivo, inició clases de guitarra pero no logra concentrarse bien.

“Pocas veces podemos salir con ella. Todo la asusta. Tiene miedo de que la maten, teme que la agarren y por eso sumamos un acompañante terapéutico para que nos ayude a estar con ella y que lentamente se recupere”, aclaró Marcela. A su vez cuenta que esperan los resultados de distintos estudios que determinarán las secuelas de los golpes y el maltrato. “Sufrió un fuerte golpe en el cráneo, y estamos esperando a la palabra del médico”, añadió.

Todo lo que vivió Magalí en un par de horas, permanecerá en su mente. En cada marca que su cuerpo presenta y que serán imborrables. Su familia reorganizó sus horarios y ritmo de vida para estar con ella y lograr que mejore.

“Dejé de trabajar para estar con ella, y ayudar en lo que sea. Además de contar con la ayuda de nuestro abogado que nos mantiene informados para conocer los detalles de lo que se avance en la causa”, explicó. El papá de Magalí fue despedido poco tiempo antes de lo que padeció la menor y desde ese momento trabaja haciendo changas para sostenerse.

La investigación se moviliza a un ritmo extraño. Hasta el momento no se conocen los resultados de los análisis hepáticos en la camisa de la víctima, encontrada en un allanamiento a la casa quinta. Los mismos, se compararán con el ADN de Lucas Gómez y Juan Enrique Cisneros, para determinar el vínculo en el hecho denunciado.

Detalles del caso

El caso tuvo dos versiones diferentes sobre lo que le sucedió. La noticia impacta y llena de horror a Tandil. El caso indigna por donde se lo mire. Magalí, fue violada y luego atropellada. Pese a eso, el fiscal a cargo de la investigación, Gustavo Morey, dijo en su momento, previo a las pericias que los hechos habrían sido de otro modo.

“En la causa figura que la menor estuvo en una fiesta de cumpleaños, y asistió con su hermana mayor y sus primas. Juan Enrique Cisneros es un amigo de su hermana y en la fiesta se habrían besado y luego de un rato fueron a una habitación de la casaquinta y mantuvieron relaciones”, se detalla en la primera parte de la investigación pero con los resultados de las pericias, se confirmó que había más implicados.

Cisneros tiene 26 años, no cuenta con antecedentes y trabaja en la Municipalidad local. En su primera declaración aseguró que mantuvo relaciones con Magalí y que luego la acompañó a su casa por la ruta, donde fue atropellada. Pero en una segunda instancia se contradijo y dio datos poco precisos y se complicó su situación.

Magalí llegó a la guarda de una sala de emergencias, luego de sufrir golpes al ser atropellada. Y el médico que la atendió notó algo extraño. Ante la Justicia sostuvo que “había signos suficientes para sospechas de violación”. Se trata de Nicolás Ghersetti, médico forense que intervino en el ingreso de la menor de 13 años y que aseguró notar inflamación pero que luego fue derivada para ser atendida y los exámenes no los completó él sino otro equipo médico.

El abogado que representa a la familia de Magalí, Maximiliano Orsini, aseguró que la niña despertó gritando que la habían violado entre todos.

Las pericias
Según Orsini, Magalí, luego de permanecer sedada por varios días, despertó en la sala de terapia intensiva del Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil marplatense en medio de una crisis de nervios. Tenía arañazos en el pecho y en la zona abdominal que posiblemente sufrió cuando quisieron sacarle la ropa. Los jóvenes también tenían marcas, en consecuencia a la lucha en vano de Magalí por no ser violada, golpeada y quemada, como ocurrió.

La familia de la adolescente sigue reclamando por justicia y apuntan que la niña fue engañada a la fiesta y que había mayores presentes.

El hecho saltó a la luz tras el accidente y según el conductor de la camioneta “cree que le arrojaron el cuerpo para que lo atropellara”. “El hombre dijo que pensó que era un animal. Dijo que estaba oscuro y que cree que no fue casual. Ya lo investigaron y no tiene nada que ver”, sumó Marcela.

Las palabras de la menor
“Me violaron todos”. La frase, en voz de una nena de 13 años al despertar del coma, aún resuena en la mente de sus padres. El letrado, Maximiliano Orsini, aseveró: “la nena despertó nuevamente y gritaba, se sacó la sonda en el medio de una crisis de nervios y los médicos la sedaron”, agregando que debido al estado de salud de la víctima “todavía no está en condiciones de declarar ante la Justicia sobre lo ocurrido”.

Con una mezcla de sensaciones, Marisa, la tía de la menor habló en su momento en el programa local EcoTv y detalló por primera vez, el daño que le causaron. “La nena está mal desde el día uno. Tiene muchas heridas, marcas, tiene la vagina destruida. No pudo sólo una persona hacer eso. Hasta en una oreja está quemada por un cigarrillo”, dijo y pidió justicia por su sobrina.

Si bien había circulado que se había perdido la historia clínica de la menor, Orsini desmintió esa situación. Lo pendiente es la justicia. “El nunca más de verdad y la mejoría de Magalí”.

La familia de la adolescente realizará una marcha en reclamo de Justicia desde la casa de la menor hasta la sede de la Fiscalía en Tandil.

Big Bang News – Mdphoy

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