Locales-Estafaron a un joven en el cajero automatico

2fb7ebbf-78b4-430f-9da9-dfee73c42e03El sábado anterior (23 de julio) a un joven de 34 años le provocaron la traba de su tarjeta de débito en uno de los cajeros automáticos del Banco Santander Río de Avenida de Mayo entre Azcuénaga y Moreno. Un hombre le brindó su teléfono la llamada al 0800 para que gestionara los trámites ante el inconveniente. De esta manera los estafadores obtuvieron los datos de la cuenta para realizar extracciones y obtener préstamos financieros.

 

El lunes en la Comisaría Primera, un empleado de 34 años realizó una denuncia penal sobre una defraudación sufrida el fin de semana en un cajero automático de una entidad bancaria.

El joven fue víctima de una maniobra defraudatoria denominada en la jerga “el pescador», que registra antecedentes en nuestro país desde hace muchos años, pero en nuestra ciudad es casi inédito. Los estafadores van con antelación al sector de cajeros automáticos y dejan un lazo en el interior de la ranura donde va la tarjeta, para que la atrape e impida al usuario sacarla. En este caso, antes de las 18:30 del sábado en la sucursal del Banco Santander Río de Avenida de Mayo y Azcuénaga inhabilitaron dos de los tres cajeros automáticos y dejaron la trampa en el único que quedó en funcionamiento.

Este vecino del barrio General San Martín, al ingresar su tarjeta no pudo hacer ninguna transacción ni extraer el plástico.

En ese momento, el delincuente entró en acción. Apareció en el cajero y se mostró dispuesto a solidarizarse con el muchacho ya en estado de desesperación. Este supuesto usuario de tarjetas solidario le comentó que a él le pasó lo mismo, para ofrecerse a ayudarlo.

Al no poder sacar la tarjeta le brindó su teléfono con la llamada al 0800 para que un operador de la entidad bancaria lo oriente sobre los pasos a seguir.

La atención de la víctima de esta estafa estaba en su tarjeta trabada y no desconfió que la llamada sea a un centro de ayuda al consumidor. Esta confianza lo llevó a seguir al pie de la letra todas las indicaciones que le hacía este supuesto operador.

En este dialogo les brindó sus datos de número de documento y datos personales. Como no lograban que saliera, desde el otro lado de la línea le pidió este supuesto empleado del call center que digitara en forma lenta y pausada cada dígito de la clave numérica de la tarjeta de débito y luego los códigos alfanuméricos.

De al lado suyo nunca se movió este supuesto vecino solidario, dueño del teléfono, que tuvo la falsa colaboración de discarle el número del 0800 y pasarle la comunicación en un momento de desesperación. Claro, del otro lado de la línea estaba un cómplice de este estafador, un joven muy correcto y de muy buenos modales.

El estafador vio cada botón digitado por el dueño de la tarjeta sin que la víctima sospechara que estaba en medio de un ardid delictivo.

Finalmente, no pudo extraer la tarjeta. Entonces el operador del falso call center le dijo que procedería a dar de baja a la tarjeta. Que se quedara tranquilo que su cuenta estaba inhabilitada.

Se fue de ahí creyendo que su plástico estaba inhabilitado.

En ese momento empezó la gran operación de los maleantes de apoderarse de todo el dinero posible de la cuenta del joven. Con las claves y la tarjeta que quitaron y volvieron a introducir: extrajeron el máximo posible ese día, unos tres mil pesos. Y también requirieron un préstamo financiero de cinco mil pesos. Aparentemente al día siguiente hicieron una nueva extracción de cuatro mil pesos.

Entre el sábado y el domingo hicieron esas transacciones sin que el dueño de la tarjeta se enterara de la estafa en la que había caído y el uso que le estaban dando a su cuenta bancaria.

El lunes. Lo llamaron desde la sucursal La Plata del Banco Santander Río porque un cliente de esa entidad bancaria fue víctima de un episodio similar y durante el fin de semana los maleantes hicieron una transferencia de 10 mil pesos a su cuenta.

Ahí el joven se dio cuenta que fue víctima del hurto de su tarjeta y una estafa en su cuenta bancaria, por ese motivo hizo la denuncia en la Comisaría Primera.

Las actuaciones judiciales están en mano del fiscal Pablo Santamarina, quien ha requerido a la entidad bancaria las imágenes registradas por las cámaras de seguridad para tratar de identificar a los sospechosos de esta maniobra y debe establecer si hay vinculaciones entre los autores de la sucursal platense con los que le robaron al pergaminense.

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