Aún con el arma caliente, Lechu volvió a su barrio y no pudo con su verborragia. A quien quisiera oírlo, el joven de 19 años empezó a contarle su faena criminal. «A ese lo maté por cheto», dijo a los gritos y siguió contando detalles.

Minutos antes, Lechu había asaltado a Facundo Gutiérrez en la puerta de su casa en Los Polvorines y lo había ejecutado sin darle tiempo a nada.

Como escribió el fiscal en su acusación, «aprovechando la nocturnidad y sin darle chance de defensa, Lechu mató a Gutiérrez de un balazo. Fue una ejecución».

Gutiérrez, de 19 años, la misma edad que su asesino, no tuvo chance de nada. Cuando lo asaltaron quedó encerrado en su auto en la puerta de su casa, y en ese contexto lo ejecutaron.

Tras el crimen, Lechu sacó chapa en su barrio contando el homicidio.Los vecinos se animaron a declarar y contaron que el criminal no paraba de jactarse de haber matado a un cheto.

Una vez identificado y cuando lo fueron a detener, Lechu intentó escapar y resistió a los tiros. Un asesino feroz.

Ya detenido y con el arma que usaba secuestrada, se determinó que tenía una condena de 1 año y medio de prisión por el delito de robo.

Lo impactante es que Lechu había quedado libre en abril. Es decir, que a los dos meses de su libertad, mató.

El crimen de Gutiérrez fue el 20 de junio. La sospecha es que Lechu y sus secuaces actuaron en forma conjunta con la banda criminal que en la misma zona y unos días antes asesinó a David Varlota, el científico argentino reconocido por la NASA.

Tanto a Gutiérrez como a Varlota no los mataron por chetos. Los mataron por nada, pura violencia criminal.

Fuente: Minutouno