PERGAMINO-El injusto peso de la ley en época de Pandemia

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Una situación realmente terrible enfrentó, en la mañana de hoy, una vecina de nuestra ciudad quien, cuando fue interceptada por un control de tránsito, perdió la única herramienta  de trabajo con la que afronta la penosa situación que se vive durante el aislamiento y con que buscaba poder salvar del hambre a sus hijos.

Carla Dueñas es una mujer pergaminense que tiene a su cargo 5 hijos. Es único sostén de familia, por lo que debe afrontar sola los gastos de la casa y proveer el alimento. Para ello, Carla produce pan casero y lo lleva a domicilio. Esa tarea es la que genera el ingreso gracias al que subsiste en estos momentos de crisis.

Hoy, cuando Carla salió a realizar su reparto, se encontró con un retén de tránsito en la intersección de las calles Alsina y Pico. Los inspectores le solicitaron la documentación del rodado y licencia de conducir. Ella, con total honestidad, reveló no contar con el registro, pero aseguró que tenía la moto desde hace solo unos días y que contaba con toda la documentación. Apeló a la comprensión de los inspectores, pidió por favor que la infraccionaran pero que no la dejaran sin su herramienta de trabajo, sin el único medio que le permite subsistir. Sin embargo, los agentes, obedeciendo las estrictas órdenes impartidas por sus superiores y haciendo caso omiso a la solicitud de la mujer, no solamente la infraccionaron sino que además, tal como Carla temía, le retuvieron el rodado.

Desesperada, Carla rompió en llanto, rogando que por favor no la dejaran sin su vehículo porque no podría alimentar a sus hijos si no contaba con ese recurso. Nada logró disuadirlos. Ella no pudo más que sentarse en el cordón de la vereda, derrotada, junto al canasto repleto de panes, con total impotencia y embargada por la tristeza, viendo cómo procedían a llevarse la moto.

Si bien la función de los agentes de tránsito es corregir las irregularidades en que incurren algunos conductores imponiendo las directivas emanadas de la superioridad, son tiempos en que deberían primar el sentido común y la solidaridad.

El episodio se viralizó rápidamente en las redes sociales y emergió el Pergamino solidario: Gente que se ofreció a pagar la multa, a comprarle panes, gestores que desinteresadamente pusieron sus conocimientos a su servicio para realizar la transferencia, entre otros.

A Carla, como a tantos de nosotros, las oportunidades le llegan a destiempo y probablemente ahorró pesito sobre pesito para poder comprar su moto, que esta noche va a dormir en el depósito municipal.

Si no hubiese aislamiento, el departamento que otorga las licencias de conducir estaría abierto y la mujer sacaría su registro sin ningún inconveniente. Pero la oficina municipal está cerrada mientras dure la cuarentena, por ende ¿dónde va a ir a sacar el registro? Si la normativa vigente establece que, cuando un registro se vence, automáticamente se prorroga la fecha de caducidad y no se considera delito circular con el carnet vencido, ¿por qué se castiga el no poder ir a sacarlo en este momento?

Carla hoy, como muchos, está con sus niños y el cajón repleto de panes sin vender, quizás como su único alimento.

Con información de Alfa noticias.

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