Los investigadores procuraban determinar el móvil del crimen ya que, en un principio, no detectaron faltantes de valor del interior de la vivienda que abonen la hipótesis del robo.
A su vez, los pesquisas sospechan que la víctima, identificada por la Policía como Néstor Bauza (73), conocía a el o los asesinos y les permitió el ingreso a su domicilio en el que no se observaron los accesos forzados.
Todo comenzó cuando un vecino vio el auto de Bauza estacionado frente a la casa, cuando su dueño siempre lo guardaba en el garaje que da a la calle, y al acercarse al vehículo advirtió que el mismo estaba con las llaves puestas y la ventanilla baja, por lo que llamó a un primo de la víctima.
Luego, el familiar de Bauza llamó al 911, por lo que efectivos de la comisaría 1ra. de Bahía Blanca se trasladaron hasta la vivienda, donde hallaron a Bauza muerto en una de las habitaciones.
Uno de los pesquisas dijo a Télam que la víctima se encontraba vestida, golpeada y con signos de estrangulamiento,
«El hombre presentaba diversos golpes en la cabeza, en el parietal izquierdo, y tenía un cinturón pasado en tres vueltas en su cuello», agregó el investigador consultado.
Al inspeccionar el resto de la casa, los policías encontraron que todo estaba ordenado y que tanto las puertas como las ventanas no habían sido forzadas.
En ese sentido, la principal hipótesis apunta a que los autores del crimen, luego de atacar a Bauza, salieron de la casa de la víctima por la puerta principal delantera, que cerraron con llave antes de huir.