Macabro-Nuevas revelaciones sobre el horror que vivió la nena de 15 años secuestrada 9 años en un garage
La víctima describió en una cámara Gesell que era castigada y golpeada con cinturones. La ataban con ganchos de carnicero para que no escapara. No la dejaban comer siquiera las sobras de banana que dejaba el mono. Está en terapia intensiva porque llegó a pesar 15 kilos.
Cada vez salen detalles más escalofriantes sobre el secuestro de la niña de 15 años esclavizada por sus padres adoptivos, lo que hace cuestionar el régimen de seguimiento de la Justicia en la tutela de menores.
La nena fue rescatada de un garage en la Ciudad de Buenos Aires, donde estuvo encerrada por una pareja que la sometió a esclavitud durante 12 años, pero además contó en una cámara Gesell que no la dejaban comer y que a veces se alimentaba de las sobras de las bananas que le daban al mono que vivía con ella.
Narró que, entre otras humillaciones y tormentos a los que era sometida, los imputados la golpeaban «con cinturones» cuando ingería «las sobras» que dejaba el mono.
También se supo que la ataban y le ponían ganchos de carnicero, por lo que la niña tiene heridas en el cuerpo, además de un retraso madurativo por la desnutrición. Con un peso de sólo 15 kilos, la chica debió ser internada en terapia intensiva en un centro de salud porteño.
Los informantes no revelaron las identidades de los detenidos, pero se supo que serían adoradores de «San La Muerte» por las imágenes existentes en el lugar de donde fue rescatada la adolescente.
La pareja que se encuentra detenida tenía la «guarda provisoria» de la niña desde 2001 cuando la madre biológica de la pequeña y de otros siete hijos la entregó ante la imposibilidad de mantenerla por su situación de extrema pobreza.
Ahora el cuestionamiento es quién controla el régimen de adopciones. La ex asesora general tutelar del Ministerio Público de la Ciudad Laura Musa explicó hoy que la tutela «tiene una serie de compromisos y deben rendirse cuentas al juzgado por el cual han sido designados los tutores», situación que, a su juicio, «no existió».
Durante los primeros años en que la niña estuvo en «guarda» hubo contacto entre la familia biológica y los detenidos; pero esa relación se interrumpió en 2005 y nadie efectuó ningún reclamo hasta que una hermana biológica cumplió 18 años y comenzó a buscarla.
Al ubicar el domicilio en el que suponía estaba su hermana alertó a la justicia sobre «una situación irregular» que aún desconocía y que originó la intervención policial y el allanamiento que puso al descubierto la macabra historia.
