«Los restos momificados hallados cerca de una casa en la calle Kuibishev de Ekaterimburgo pertenecen a un vecino de la localidad, de 68 años», indicó la oficina del Comité de Instrucción ruso en la región.

Según precisaron los investigadores, una revisión preliminar del cadáver no detectó señales de muerte violenta. «Se está investigando la causa exacta de la muerte del hombre», señala el comunicado oficial.

De acuerdo con la información de los medios rusos, los primeros en dar la voz de alarma fueron precisamente los nenes que vieron cómo una mujer «arrastraba por la calle a un señor muerto».

La mujer es una jubilada llamada Lidia, bajó el cadáver «sin piernas» al patio junto con una almohada y una manta, en la que estaba envuelto el cuerpo. Tras arrastrarlo unos metros, de repente se paró y dejó la «carga» bajo unos arbustos al lado de una hamaca.

El fuerte olor que emanaba el cuerpo hizo que el lugar se llenara de curiosos en cuestión de pocos minutos.

Lidia no supo responder a las preguntas sobre lo ocurrido y se negó a reconocer la muerte de su pareja al ser interrogada por familiares y periodistas.

La muerte del hombre se produjo hace entre tres semanas y dos meses y los investigadores intentan establecer todos los detalles de la extraña historia.