El cine argentino va a la escuela
Los días miércoles 4 y jueves 5 de julio un grupo de la Fundación DAC, Directores Argentinos Cinematográficos, visitó la ciudad y la zona para cumplir con una noble meta: acercar el cine nacional a los jóvenes.
Con el propósito de afianzar el vínculo entre los jóvenes y el cine argentino y en respuesta a la iniciativa de docentes que iniciaron el contacto, un grupo de la Asociación, acompañado por el reconocido actor Claudio Gallardou, visitó dos escuelas secundarias, la E.E.S N° 6 de Pergamino y la E.E.S N° 3 de Manuel Ocampo, para proyectar la famosa película Camila, de María Luisa Bemberg, nominada al Oscar en 1985.
Para quienes lo desconocen, la DAC nació en el año 1958 como resultado de la fusión de las dos entidades que, hasta ese momento, representaban a los directores de cine argentinos. Una de ellas era la Sociedad Argentina de Directores Cinematográficos (SADIR), fundada en 1945 (a un año de haber aparecido el primer decreto de protección a la industria del cine nacional, destinado a clasificar las salas y a establecer la obligatoriedad de proyectar en las mismas, particularmente en las de «primera línea», una película argentina cada dos meses, como mínimo, cantidad que pasaría a una proyección mínima mensual en 1947). La otra entidad que conformó inicialmente DAC, fue la Agrupación de Directores de Películas (ADP), nacida en 1956.
Hoy la DAC trabaja incansablemente para sostenerse y, bajo el lema «Por la cultura y las artes audiovisuales», continúa gestionando y concretando múltiples y loables acciones para continuar defendiendo y difundiendo nuestro cine, a veces ignorado, a veces menospreciado e invisibilizado y, otras tantas, víctima de reduccionismos.
La actividad desarrollada días atrás en estas escuelas del Distrito de Pergamino, consistió en la proyección del filme, previa preparación del espacio con equipos de alta calidad, y en una posterior charla/debate que permitió a los estudiantes interactuar con uno de los actores de la película. El diálogo fluyó en un clima único, en el que los jóvenes pudieron preguntar, opinar e inspirarse de la mano de personas que se constituyen en referentes positivos; que, siendo testimonios vivos del quehacer cultural histórico y cotidiano de nuestro país, vienen a mostrarnos una vez más cómo las artes forman una parte importante de nuestras vidas que debemos redescubrir, valorar y nutrir.
Así es como la Fundación recorre el país con esta propuesta, llegando a lugares donde la experiencia del cine resulta muchas veces inaccesible. Es destacable la entrega, seriedad y compromiso con que realizan su tarea. Otro camino más para revalorizar la industria cinematográfica nacional e incentivar a los jóvenes a conocerla, sentirla propia, apoyarla y disfrutarla.
