No se trato de un despeje de la ruta 50, sino de un comando organizado por la Empresa, la Policía de la Provincia y la Gendarmería Nacional, bajo orden y cuenta de los gobierno de Urtubey y Macri, para quebrar a los obreros en esta lucha paritaria .
El método implementado fue pérfido y criminal, los testimonios y las pruebas demuestran que las fuerzas represivas se movilizaron por 30 kilómetros por dentro de caminos internos coordinados por la Seaboard Corporation hasta desembocar en la Colonia A donde comenzaron con un brutal represión.

No cumplieron con el protocolo de uso de armas antimotines, es decir disparar al aire las granadas de gases lacrimógenos y al piso las postas de balas de goma, sino que tiraron sobre la humanidad directa de los obreros, los 27 heridos confirman en su cuerpo esta situación.

Dos jóvenes obreros fueron heridos por balas de plomo, calibre 9 mm, uno de ellos esta siendo intervenido quirurgicamente en la rodilla y el otro presente en el fémur orificio de entrada y salida.

Decenas de trabajadores con tiros en el rostro y otros tantos quemados por el criminal uso de las armas represivas.

El propio Filscal Federal Nº 2 Dr. Jose Luis Bruno, presente luego de la represión en la Planchada del Ingenio Tabacal no pudo responder estas tres preguntas. ¿Porque gendarmería Nacional actuó sobre territorio provincial y en caminos internos? ¿Quien dió la orden de represión? y ¿Por que usaron municiones de plomo contra los obreos? «Vamos a investigar», solo atino a decir.

Se trato de un acto criminal organizado desde la Empresa norteamericana con las complicidad de los gobiernos nacional y provincial, ya que esta claro que nadie mueve un solo policía o gendarme sin la orden política que lo habilite.

Nada mas violento que las palabras del Obispo de Orán Monseñor Zancheta y los diputados del Departamento que ahora piden que se detenga la violencia, pero no condenan a los únicos responsables, los organizadores de este sicariato, que no termino en muerte por que los dados de la suerte cayeron del lado afortunado,

Resulta que los gerentes de la Seaboar que decían que no quieren violencia son los que recargaron las armas de los represores y son justamente los que no se quieren sentar en la mesa de negociación.

El espíritu de los obreros esta intacto, han dañado su carne pero nunca podrán quebrar su unidad y reclamo justo que se escucha retumbar en un grito ensordecedor; NO AL TURNO RELEVANTE

Informo:Samuel Huerga