Advierten sobre los riesgos de los tratamientos estéticos de moda

Son los que se promocionan como “mínimamente invasivos”, pero que pueden provocar efectos no deseados si no son personalizados.

Quienes buscan tener la piel elástica y turgente, sin entrar al quirófano, tienen una amplísima oferta de tratamientos estéticos no invasivos. Se trata de un abanico de posibilidades que no para de crecer. A los conocidos métodos de peeling, mesoterapia y rellenos ahora se pusieron de moda los procedimientos de bioestimulación de las células de la piel para que, por ejemplo, produzcan más colágeno y elastina. El ejemplo más reciente es el plasma enriquecido en plaquetas –obtenido de la propia sangre del paciente– que se ha convertido en un tentador antiage. Sin embargo, todos tienen algo en común: los riesgos que pueden ocasionar a la salud, si es que no se realizan bajo supervisión médica.

Desde que los resultados esperados brillen por su ausencia, hasta la aparición de quemaduras, manchas, reacciones inflamatorias, hematomas e infecciones forman parte de la lista de consecuencias no deseadas que pueden acarrear los tratamientos estéticos en los que no participa un profesional médico. Así como en las cirugías plásticas la recomendación básica es tratarse con un especialista en la materia y operarse en un quirófano de un establecimiento sanitario autorizado, en los métodos estéticos la clave es que cuente con el respaldo de un médico que confeccione una exhaustiva historia clínica del paciente.

En ese sentido, lo mejor es que sean especialistas que conozcan en detalle cuáles son las distintas capas de la piel y qué técnica requiere concretamente cada procedimiento en cada una de ellas.

Siobhan Phelan, una mujer británica de 30 años, fue hospitalizada luego de inyectarse estos productos (Foto: The Sun)

“Estos procedimientos presentan pocas complicaciones si son realizados por médicos especialistas que conocen muy bien las características y funcionamiento de la piel y están adiestrados en dichas técnicas, como son los dermatólogos y los cirujanos plásticos”, afirma Cristina Pascutto, médica dermatóloga del Hospital de Clínicas e integrante de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

Y remarca que “por un tema de seguridad es imprescindible evitar someterse a este tipo de métodos estéticos en establecimientos ajenos a la medicina”.

Para el cirujano Jorge Patané, ex jefe del servicio de Cirugía Plástica del Hospital Fernández, si bien se trata de procedimientos sencillos “deben ser realizados por profesionales médicos entrenados en la materia (como cirujanos plásticos y dermatólogos). Y deben hacerse en un medio hospitalario que garantice que todo lo que allí se usa esté perfectamente esterilizado y libre de contaminación de pacientes anteriores”.

El mercado de la dermocosmética ofrece decenas y decenas de tratamientos. Todos se pueden usar en distintas partes del cuerpo, en forma combinada, tanto en mujeres y hombres. Y todos con el ojo puesto en la eliminación de manchas, acné, cicatrices residuales, exceso de vello, arrugas, surcos, pérdida de volumen y flaccidez. Los especialistas consultados por Clarín destacan que los procedimientos que más se usan son: luz pulsada, láser, ácido hialurónico, toxina botulínica y plasma enriquecido en plaquetas.

La tendencia actual es la combinación de las diferentes técnicas mínimamente invasivas . “Combinando y rotando lo vamos logrando”, es el slogan preferido de Débora Amad, médica dermatóloga y flebóloga, a cargo del Programa de Post-grado en Medicina Estética Facial y Corporal Mínimamente Invasiva de la UBA.

“Todo depende de la capa de piel afectada del paciente. Por ejemplo, si tiene la piel engrosada porque la persona tomó mucho sol, requerirá un peeling; si tiene flaccidez habrá que estimular el fibroblasto con plasma u otro tratamiento de estimulación. Cada caso requiere un estricto criterio médico. Siempre digo que todo esto tiene un costado muy artesanal, en el que se formula a medida”, explica Amad.

¿Qué son y para qué se usan los métodos estéticos más pedidos?

Luz pulsada: usa la fuente de luz para lograr un efecto fototérmico en la piel. Su uso más común es la depilación prolongada (comercialmente llamada definitiva); también se usan en lesiones vasculares, manchas de la piel, rejuvenecimiento y remoción de tatuajes Láser: junto con la luz pulsada forman parte de la fototerapia lumínica. Hay un láser para cada tipo de patología, desde los que modelan y disuelven la grasa, hasta los que atacan las micosis de las uñas. Deben estar aprobados por la ANMAT y se tienen que utilizar bajo supervisión médica.

Toxina botulínica: es una toxina biológica que se usa para relajar músculos de la mímica o gestuales tanto en el tercio superior de la cara (frente, entrecejo, patas de gallo) como en el tercio inferior (arrugas y cuello). Se aplica con inyecciones en zonas de la cara. Hay distintas marcas, una de ellas es Botox.

Acido hialurónico: el que es no reticulado sirve para revitalizar la piel, hidratarla y estimular las células cutáneas. (SkinBooster es una de las marcas comerciales). El ácido hialurónico reticulado o estabilizado se usa para rellenos porque permite recuperar volumen. Ambas sustancias se aplican con una técnica de microinyecciones. Se pueden tratar zonas de la cara, especialmente las mejillas, escote y dorso de las manos.

Plasma enriquecido en plaquetas: surge de la utilización de plaquetas obtenidas de la sangre del paciente, que están cargadas de factores de crecimiento que se aprovechan para generar una estimulación celular con el objetivo de mejorar el tono, la flaccidez y suavizar arrugas y pliegues a nivel facial. Puede aplicarse en procesos celulíticos para mejorar el poceado y en flaccidez de brazos y piernas. “Como es un componente de la propia sangre, evita todo rechazo. Y da mejores resultados si previamente se prepara la piel con un dermopulido, por ejemplo, para que penetre mejor”, explica Amad.

Los riesgos de su uso ya fueron advertidos por la Asociación Argentina de Hemoterapia: dicen que como se trata de una autotransfusión, debe ser regulado y controlado para evitar, por ejemplo, infecciones. Y en el Programa Nacional de Sangre aseguran que no es un tratamiento con efectos probados.-Fuente: clarín-

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