Nacionales – Condenaron a prisión perpetua a un colectivero por haber asesinado de 43 puñaladas a su pareja

descarJUSTICIAUn colectivero fue condenado esta tarde a prisión perpetua por haber asesinado de 43 puñaladas a su pareja, el año pasado en el barrio porteño de Villa Luro, en el primer proceso en el que se evaluó la «violencia de género» como agravante de un homicidio cometido en la Capital Federal.

En un fallo por mayoría, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 26 le atribuyó a Maximiliano Giujusa (38) el «homicidio doblemente calificado por convivencia con la víctima y alevosía» de Andrea Soledad Melo (34).

«Estoy conforme porque mi hija ahora puede descansar en paz y por mis nietos que se quedaron sin mamá», expresó Rosana Caamaño, madre de la mujer, quien estuvo acompañada por su esposo, Jorge Melo, y otros familiares.

Los jueces Patricia Llerena y Eduardo Carlos Fernández coincidieron en que el colectivero la mató con «alevosía» (estado de indefensión de la víctima), mientras que su par, Marta Yungano, votó en disidencia y sólo concordó en que fue por la «convivencia con la víctima».

Al respecto, el abogado de los padres, Facundo Bazano, del Programa de Asistencia y Patrocinio gratuito de la Defensoría General de la Nación, indicó que «si lo condenaban por ‘violencia de género’ hubiese sido un ejemplo para toda la sociedad».

No obstante, para una evaluación más profunda de esta decisión, dijo que esperará leer los fundamentos del fallo que estarán disponibles el próximo lunes.

Es que a raíz de la ley 26.791, en vigencia desde el 14 de diciembre de 2012, se incorporó el inciso 11 al artículo 80 del Código Penal que establece la pena de prisión o reclusión perpetua para los homicidios de mujeres cometidos por un hombre, en el contexto de «violencia de género».

Sin embargo, la reforma del Código Penal, denominada «del femicidio», también implicó que el inciso 1 de dicho artículo sea ampliado, ya que sólo contemplaba para agravar el homicidio que víctima y victimario tenían que estar casados.

Con el nuevo articulado, «la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia» puede recibir la máxima pena, lo que finalmente ocurrió con Giujusa.

En la lectura del veredicto, el ahora condenado, quien camina con muletas por un problema en una de sus piernas, estuvo presente al lado de su abogado, vestido con un buzo blanco, pantalones de jean y zapatos negros.

Al escucharse la sentencia, los padres y familiares de Soledad comenzaron a llorar, por lo que uno de los jueces les pidió silencio.

«El abogado del asesino intentó ensuciar a mi hija, dijo que nosotros éramos los violentos pero si eso hubiese sido así, él (por Giujusa) no estaba acá», señaló Jorge Melo.

Durante los alegatos, el defensor Horacio Paglia, dijo que el chofer tuvo que actuar “en legítima defensa propia” debido a que «fue el agredido» y “debió matar a la mujer que amaba”.

Además, el letrado dejó entrever la hipótesis de supuestas infidelidades por parte de Melo, que su asistido no expuso en su indagatoria porque “es un caballero”.

Por su parte, el fiscal Guillermo Pérez De la Fuente calificó al colectivero como «un vago” y “un asesino”, por lo que consideró que en el juicio se acreditó que “era la única persona que estaba con la víctima en el momento del crimen” y solicitó prisión perpetua por «homicidio agravado por violencia de género».

El crimen fue cometido el 9 de febrero de 2013, cuando la madre de Melo concurrió a la casa de ésta, en San Blas al 5500, en el barrio porteño de Versailles, a buscar a sus nietos para llevarlos a pasar el día a una pileta.

Giujusa la saludó normalmente y les dijo que se fueran tranquilos porque él tení­a una «sorpresa para la Sole», ya que a su hija la mayoría de la gente la nombraba por el diminutivo de su segundo nombre.

Dos horas después, la hermana de Andrea recibió un mensaje de texto en el que la víctima le decí­a «avisale a mamá que venga urgente a casa» y le daba a entender que tenía un problema con su pareja.

Cuando la mujer fue al PH con su otra hija, tocó timbre, pero como nadie abrí­a la puerta, la tiraron abajo y llegaron al primer piso, donde escucharon gritos de Andrea.

Ambas quisieron entrar, pero el ingreso estaba trabado con tablones y una cama, por lo que avisaron a la Policía.

Al llegar poco después al lugar, los efectivos encontraron a la joven asesinada a puñaladas al lado de su cama y a Giujusa subiendo hacia la terraza, donde permaneció durante dos horas amenazando con matarse con una cuchilla hasta que trastabilló y cayó hacia un patio lindero.

El imputado sufrió una fractura en una pierna, pero fue internado en calidad de detenido y luego trasladado a la cárcel de Devoto, donde está alojado actualmente.

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