Esos 50 kilos fueron solo una parte del problema. El 23 de marzo, la Policía Federal detuvo sobre la avenida Congreso en Belgrano a Alejandro Damián Arrighi a bordo de su Audi A3con patente 2014 valuado en 400 mil pesos. Venía del barrio del Abasto, de un departamento en la calle Guardia Vieja, luego de encontrarse con Oscar Morales, un salteño de 63 años con fuertes antecedentes y $1,2 millones de pesos en cheques sin fondo a su nombre que bajó una gran valija para cargarla en su baúl.

Lo que la división Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas le incautó esa noche de Pascuas tras un largo seguimiento con escuchas telefónicas a cargo delJuzgado Federal N°2 de la doctora Alicia Vence y el secretario Hernán Roncaglia era uno de los lotes narco más significativos de los últimos tiempos: España era su presunto mercado.

Arrighi, ex alumno de la UTN, titular del Audi que manejaba, se había dedicado a pequeñas empresas y había vivido un tiempo en Barcelona. Morales, por su parte, ya había sido detenido en 2005 por la PFA en el aeropuerto de Ezeiza con un pasaporte falso y 197 mil euros escondidos en bolsos de mano. Un juez del fuero penal económico lo buscaba en el marco de una causa de un intento de envío de diez kilos también a España.

Hoy, España es por lo menos un mercado premium. Cada kilo puede valer 35 mil euros antes de su corte y fraccionamiento, dos mil euros más que en 2014, de acuerdo a información que fiscales especializados en narcotráfico entregaron al gobierno ibérico. Un gramo en manos de un dealer puede valer 70 euros. El negocio a simple vista era fabuloso, más si se considera que en Bolivia, el presunto origen de la droga en este caso, un kilo ronda los 3 mil dólares.

Infobae había revelado la historia de Arrighi y Morales pocos días después de su detención. Ya habían sido derivados a un penal del Servicio Penitenciario Federal; la causa en su contra comenzaba su recta final luego de casi cuatro años de investigación. Ayer, tres semanas después, con un operativo que incluyó 18 allanamientos en puntos de la provincia de Buenos Aires y Salta, el Juzgado Federal N°2 de San Martín dio un paso definitivo.

Operaciones Federales allanó quintas en General Rodríguez y Jáuregui, así como domicilios en Luján, Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, Sáenz Peña, Santos Lugares y Bellavista. También, hubo dos procedimientos en la localidad salteña de El Galpón, a 160 kilómetros de la capital provincial. Se encontraron cuatro panes de marihuana, otros 2 kilos más de cocaína, pistolas Browning y Bersa, más otro revolver calibre .38 y una gran cantidad de municiones.

En la lista aparecieron diversos autos, como un Volkswagen Boyage, una camioneta Mercedes Benz Sprinter y otro auto Mercedes Benz C220. Una moto Harley Davidson Screamin’ Eagle 1340 también fue incautada. Lo más sugerente de todo fue una simple prenda: un chaleco antibalas de la Policía Bonaerense. Además, se encontró documentación aduanera y recibos de giros a Barcelona, junto a un DNI falso.

Hubo cuatro detenidos, todos argentinos de entre 53 y 72 años de edad. Sin embargo, la detención más significativa no se hizo aquí. En Barcelona, la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía local detuvo por pedido de la Justicia argentina a Daniel Horacio Orellano, también argentino, de 55 años y propietario de un local gastronómico. En los cálculos de la causa, Orellano es el principal investigado.

En sí, Orellano fue la primera pista, según indica información de la causa. El empresario comenzó a ser vigilado en sus largos viajes a España, con la Policía ibérica involucrada en el proceso. En febrero de este año, Arrighi hizo su aparición en el entorno. El ex alumno de la UTN había vivido en Barcelona al menos desde 2012, en un departamento cerca de la zona de la Sagrada Familia. Hoy sería dueño de un hotel, antes integró, según el Boletín Oficial español, la sociedad limitada Bio House Catalunya. No era ostentoso, por así decirlo. Pero el bajo perfil no impidió que la Justicia le pinche el teléfono.

Así, se supo que Arrighi trabajaría para Orellano y que su nuevo viaje a la Argentina sería para comprar cocaína. En las escuchas apareció otra mujer, Ana María Altuna, de 73 años, que fue detenida en la redada del 23 de marzo. Altuna misma sería un enlace.

En un tramo de las intervenciones, Arrighi y la mujer comienzan a hablar en código: Altuna le pregunta «si puede llevar algún invitado». En posible referencia a Orellano, contestó que «él» tiene «para 80, la mitad conmigo». Que, si quiere «20 invitados más entran a la fiesta». En sí, todo se vuelve muy obvio: para la Policía Federal, esto era una señal para mover100 kilos a España; 40 kilos para Orellano, 40 para Arrighi, 20 para Altuna.

La investigación también incluyó un seguimiento a Arrighi, que viajó a Salta, de donde es oriundo Oscar Morales. Luego de ese viaje, Morales llega a Buenos Aires para cerrar el trato.