Locales-El Hospital San José volvió a quedarse sin la custodia policial

Hace unos días que el nosocomio no cuenta con los efectivos afectados a la seguridad. Hay preocupación en las autoridades del establecimiento y en los profesionales afectados al Servicio de Guardia donde suelen darse las situaciones de violencia.

Durante esta semana el Hospital Interzonal de Agudos San José volvió a quedarse sin los efectivos policiales afectados a la custodia en el Servicio de Guardia del nosocomio en los diversos turnos. Desde la crisis planteada en el establecimiento sanitario en mayo, cuando un médico fue agredido físicamente y amenazado de muerte por el padre de un paciente, es la primera vez que se discontinúa la presencia policial, lo que genera una situación de zozobra en el personal que trabaja en las áreas críticas del Hospital y motiva la preocupación de las autoridades hospitalarias.

Fuentes del nosocomio consultadas por LA OPINION refirieron que en el último tiempo se había conseguido asegurar una mínima presencia policial en la Guardia y señalaron que incluso un patrullero permanecía en el Hospital en determinados horarios. Sin embargo manifestaron su preocupación porque desde el sábado pasado no se cuenta con “esa presencia policial” que coopera para “disuadir situaciones de violencia que se producen sobre todo en el Servicio de Guardia”.

Tanto médicos como enfermeros y personal administrativo coinciden en referir que la presencia policial modifica el comportamiento de las personas que llegan para hacer atendidas, fundamentalmente en situaciones de urgencia, cuando las emociones juegan un rol determinante y suelen producir desbordes.

Los motivos de esta ausencia responden al proceso de reestructuración que está llevando adelante la Policía local y que afectó también a otros organismos. En el caso del Hospital San José este hecho cobra relevancia mayor por cuanto en los últimos tiempos se han sucedido acontecimientos graves de dominio público que motivaron un fuerte reclamo por parte de los profesionales médicos del Servicio de Guardia que en su momento amenazaron con renunciar si no se arbitraban los medios para trabajar en condiciones mínimas de seguridad dentro del establecimiento.

Ayer en diálogo con LA OPINION, el doctor Walter Gatón, director ejecutivo del Hospital San José confirmó que en los últimos días no ha habido personal policial en la Guardia y planteó su preocupación por este tema sobre el que “hay que insistir en forma permanente”.

Las autoridades del Hospital San José resaltaron que han tenido una muy buena predisposición de las autoridades policiales y refirieron que hasta hace unos días se contaba con efectivos en el Hospital, un policía por turno que complementaba la tarea que realizan los cuidadores hospitalarios.

En este sentido, precisaron que han realizado las gestiones correspondientes por cuanto en la realidad que viven los establecimientos sanitarios, la presencia de personal de seguridad resulta un recurso necesario para contener y resolver las situaciones de violencia e inseguridad que se plantean.

 

En la búsqueda de soluciones

El comisario Marcelo Garrido, jefe Distrital de Pergamino, por su parte, confirmó a LA OPINION que a partir del retiro de los efectivos policiales afectados a la custodia del Hospital, un móvil del Comando patrulla en forma permanente la zona. Asimismo comentó que el martes en una reunión “el Municipio se comprometió ante las autoridades policiales a instalar cámaras de seguridad en el frente del Hospital San José y en el Servicio de Guardia”.

 

Una caja de resonancia

La cuestión de la violencia hospitalaria que motiva el reclamo de los profesionales de la salud no es una cuestión privativa del Hospital San José, ni tampoco una cuestión exclusiva de Pergamino. Es sabido que en situaciones sociales complejas  los hechos de violencia ocurren como respuesta y cuesta admitir que esto suceda en un espacio tan sensible como el de la salud, que por su naturaleza, debería quedar exento de cualquier expresión de este tipo, algo que no sucede en la realidad donde los hospitales aparecen como cajas de resonancia de problemáticas que si bien no se resuelven con la presencia policial, encuentran en esa figura un recurso que atempera cualquier desborde. De hecho hay coincidencia en la comunidad hospitalaria en señalar que otros recursos, como las cámaras de seguridad que funcionan dentro del nosocomio o los botones antipánico que fueron colocados para dar aviso a las fuerzas de seguridad ante cualquier emergencia,  no consiguen disuadir las situaciones tanto como la presencia policial que significa un reaseguro para el personal que trabaja en la primera línea de la atención sanitaria y que de otro modo se siente sumamente desprotegido.

 

La Opinion de Pergamino

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