EDITORIAL- UN LLAMADO AL SENTIDO COMÚN

Los docentes no paran al inicio de las clases por capricho sino que el estado históricamente siempre se ha negado a tratar las paritarias durante el año anterior al inicio del próximo período, es un juego nefasto que después de tantos años me suena malintencionado justamente para desacreditar a los docentes y también la docencia.

Como docente jubilada pero aún en ejercicio, puedo decir que los docentes no queremos ir al paro, de hecho algunos no lo hacen y respetamos la decisión de todos.

Nunca estuve sindicalizada, pero igual considero que los reclamos son lícitos y coherentes. Trabajé en La Matanza, zona difícil si la hay en lo social y económico; puedo decir que las maestras y profesores allí arriesgan muchas veces su integridad física y qué decir de la emocional, cuando vemos y vivimos tantas cosas que padecen nuestros alumnos. Ningún dinero puede compensar eso.

Pero la burla de que haya personajes manejados por intereses espurios y con una propuesta que sea siquiera tomada en cuenta por algunos ciudadanos que se dicen más responsables que nosotros que entregamos nuestra vida a esta profesión, no sólo indigna sino que hasta nos produce hilaridad.

Pretender reemplazar a un maestro con experiencia y formación por ciudadanos que sólo tienen «buenas intenciones» para quebrar un paro es ridículo y demuestra que poco saben y valoran la función docente.

¿En el próximo paro de hospitales saldrá algún otro ciudadano generoso a proponer que todos aquellos que saben colocar una curita, o aplicar una inyección, se ofrezcan para reemplazar a médicos y enfermeras que se adhieren al mismo? ¡Yo creo que no!

Y esto demuestra no sólo que degradado está el concepto de la maestra en el aula sino mucho peor, que poca preocupación hay por los chicos al punto que no importa quién esté con ellos y qué les enseñe.

La docencia pretende que todos entiendan que no se trata de una cuestión monetaria únicamente sino de dignidad.

¿Por qué si al estado le preocupa tanto la educación de nuestros chicos, dejan siempre como último ítem en la agenda paritaria la cuestión docente? ¿Por qué orillan a los docentes hasta la fecha de inicio lectivo con propuestas absurdas?

Y ahora para sumarle un ingrediente más a este caldo de cultivo, se suman los «voluntarios» ad honorem que no creo que ni sean muchos ni de tanto peso, ya que los padres conscientes saben que educar no es dejar a un hijo en la escuela para que permanezca una horas mientras trabajan, no importando quién esté a cargo.

Saber leer entre líneas que mensaje quieren dar a la sociedad con esta propuesta, es una tarea para el hogar que tendremos que realizar todos.

Un llamado al sentido común, que como decía mi profesor de filosofía es el menos común de los sentidos.

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