Victorio sigue internado en Buenos Aires,sus hermanitos empezaron el cole en Pergamino.

Noelia y Diego Zalazar, los padres de Victorio, están felices y exhaustos: Victorio evoluciona favorablemente de sus dos operaciones coronarias, realizadas en estado fetal y a los 8 días de vida, en el Hospital de Pediatría Juan Garrahan en febrero pasado. Y sus hijos de 9 y 4 años ya empezaron el cole en Pergamino.

Formar parte de una familia cuyo benjamín está en terapiaintensiva, es un ejercicio diario de paciencia para los papás y los hermanitos de Victorio. El bebé se recupera lentamente y ya no necesita respirador, pero sigue internado en la ciudad de Buenos Aires. Su mamá Noelia no hace otra cosa que ocuparse de él: está viviendo en la Sala para Padres de la La Casa de Ronald McDonald, dentro del Hospital y a su entera disposición. Hace 6 días le sacaron el drenaje, y el parte médico del día indica “en observación, para evaluar si puede respirar por sí mismo”.

Todavía no hay fecha prevista de alta: en estos 24 días post operatorios la familia vivió momentos complicados: Victorio tuvo una infección, producida por una bacteria de su propio sistema digestivo, que pudo ser curada. “Está superdelicado, pero está bien. Ya de por sí tener una vía en la mano le puede generar una infección. Por eso preventivamente cada vez que entramos a terapia nos hacen lavar las manos y los brazos, y utilizar constantemente alcohol en gel”.
Se alimenta por sonda y recibe medicación endovenosa, motivo por el cual hasta el momento Noelia no ha podido darle la teta nuevamente: “Cuando le den el alta quisiera volver a amamantarlo, aunque siento que se me retiró un poco la leche. Al principio me sacaba la leche en el lactario de la Sala, pero los médicos decidieron dejar de dársela cuando Victorio tuvo una complicación y su cuerpito empezó a producir un líquido, por lo que le contraindicaron la leche materna. Ojalá que pueda volver a alimentarlo con lactancia lo antes posible”.
Es decir, desde que lo operaron, Noelia no ha podido volver a abrazar a Victorio, porque está conectado. Está junto a su cuna, le habla, le toma las manitos… cada momento a su lado se le hace agua la boca de ganas de estrecharlo junto a su pecho.

“Estoy ansiosa por abrazar nuevamente a Victorio. Hoy lo acomodé en su cuna de terapia, y aproveché para dejarle un ratito las manos debajo de su cuerpito, para tener un poco mas de contacto piel con piel”.

El último abrazo, antes de la operación del 10 de febrero. Ahora, espera que le retiren las sondas para poder apapacharlo contra su pecho.

Un Día de los Hermanos unidos pero distantes

Hoy, el DíadelosHermanos de los hermanitos Zalazar es especial. Los hijos más grandes de Noelia, Valentino de 9 y Faustino de 4, están en Pergamino con su papá Diego y ya empezaron el colegio, mientras Noelia está instalada en la Sala Roland McDonald del Hospital Garrahan. “Ayer vino mi hijo Faustino, el más chiquito, de 4 años, y me dijo: “Que Victorio se cure pronto, quiero que vayamos todos juntos a casa para jugar con mi nuevo hermanito”.
Su esposo Diego es clave para que su familia siga funcionando normalmente en Pergamino mientras ella está en Buenos Aires. “Yo pensaba que iba a extrañar mucho a los nenes, pero ellos están superbién con Diego, que se ocupa de todo, de ellos y de la casa. A mis hijos mayores les dediqué toda mi energía siempre, y esa calidad de tiempo que hemos compartido juntos nos permite que seamos muy unidos aunque estemos distantes”.

“En la Sala para Padres hay computadoras, y a veces entro en el Facebook para conectarme un poco con lo que pasa en el mundo. Es impresionante la energía que recibí de las mamás de la Comunidad Ser Padres. Leí todos sus mensajes de aliento en un momento crítico de Victorio, y me hizo mucho bien”.

Matecito y vivencias de madre compartidas: La Sala de Padres del Hospital de Pediatría «Prof. Dr. Juan P. Garrahan» brinda diariamente alojamiento y contención a 90 familiares de bebés internados en terapia intensiva. Tiene cocina comedor, lavadero, sala de tv y descanso, lactario y asistencia las 24 horas.
La internación de Victorio marcó un antes y un después en la experiencia de ser madre de Noelia: “Mi vida cambió para bien. Hice un clic, y ahora le doy prioridad a lo realmente importante. Antes me preocupaba por vanalidades: lo económico y lo material no es lo principal. Ahora le doy más valor a la vida y al momento presente”.
Nota:Ser Padres
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