Nacionales-Volvió la muerte a la Villa 31 bis: asesinaron a un hombre a tiros en el Playón Este

Ocurrió ayer por la madrugada en la manzana 102 del asentamiento, el epicentro de un territorio disputado por narcos peruanos y paraguayos. El cuerpo, todavía sin identificar, presentó cuatro disparos

Hallaron tres cartuchos de bala y una vaina servida, marcas Luger y Duber, todas calibre .9mm
Hallaron tres cartuchos de bala y una vaina servida, marcas Luger y Duber, todas calibre .9mmCrédito: Adrián Escandar
Ayer a la 3:20 de la madrugada, el personal de la Unidad de Prevención Barrial de la Policía Federal dio el alerta de un nuevo cadáver en uno de los territorios narcos más calientesde la Ciudad. Frente a la casa 187 de la manzana 102 de la Villa 31 bis, sector del Playón Este, un joven de 20 a 22 años todavía sin identificar, cabello corto negro, tez blanca, vestido con equipo deportivo color azul, yacía sobre la vereda en un charco de sangre. Tenía, a simple vista, un tiro en la frente.
Luego de que el SAME retirase su cadáver, la Unidad Criminalística Móvil de la PFA se presentó en el lugar. Lo que hallaron fue al menos interesante: tres cartuchos de bala y una vaina servida, marcas Luger y Duber, todas calibre .9mm. El equipo de Tanatología Forense contó cuatro impactos de bala en el cuerpo, no solo en la frente sino también en el brazo izquierdo y la zona lumbar. El cuerpo llevaba de muerto antes de su hallazgo, por lo menos, entre tres y cuatro horas. El caso quedó en manos de la Fiscalía N°46, a cargo del doctor Adrián Pérez. Investigar este crimen no será una tarea fácil. Ante las primeras preguntas policiales, según información de la causa a la que accedió este medio, la respuesta fue la usual de todos los vecinos ante un cuerpo muerto a tiros en la vereda: nadie vio nada.
Que el hecho haya ocurrido en la manzana 102 no pasa desapercibido. La casa número 37 del sector es conocida como «La Casa del Pueblo», un aguantadero que es el epicentro de una guerra de narcos peruanos y paraguayos con capos como César «El Loco» Morán, hoy preso en Devoto por dos homicidios y la permanente sospecha de Alionzo «Ruti» Mariños, prófugo de la Justicia argentina bajo pedido de captura del juez Sergio Torres y rival encarnizado de «Marcos» Estrada González en la Villa 1-11-14, con supuesta base en el Barrio Ferroviario lindero al Playón Este, un conflicto que Infobae relata desde mediados del año pasado.
Las últimas semanas, por otra parte, habían sido semanas relativamente tranquilas para la 31 bis tras un fin de año y un comienzo de enero sangrientos. Este medio alertó la ola de homicidios narco con un alto nivel de violencia para seis cadáveres en total. En la lista se incluían un joven paraguayo de 14 años baleado junto a su hermano mayor, un comerciante también paraguayo ejecutado mientras bajaba de su auto y hasta un cadáver maniatado entre la basura de la terminal de Retiro, una serie de expedientes desperdigados a lo largo de diversas fiscalías de instrucción que fueron sistematizados en una única investigación por la PROCUNAR, el ala del Ministerio Público que investiga al narcotráfico, a cargo del fiscal Diego Iglesias y su equipo. El hallazgo de ayer por la madrugada no solo engrosa esta lista sino que también se suma a los tres peruanos muertos este fin de semana pasado, uno a puñaladas en el hospital Rivadavia sino también a los dos ejecutados en la esquina de Chiclana y Castro Barros, barrio de Almagro.
El calor de los operativos había vuelto días atrás a la zona. La semana pasada, el juez Norberto Oyarbide despachó a la división Trata de Personas de Gendarmería Nacionalpara allanar las inmediaciones de la discoteca y corralón ilegal «Tarzán» entre las manzanas 105 y 107 del Playón -que ya había sido allanado el año pasado por el juez Sebastián Casanello con el fin de buscar el comercio de materiales de construcción, algo que no está permitido en la Villa- bajo las órdenes de secuestrar cualquier tipo de estupefacientes, ingresando en varios domicilios. El resultado fue negativo. Que no se haya encontrado nada, por otra parte, no sorprende. Un magistrado federal que investiga la zona hace tiempo reconoce: «Los narcos de la 31 bis ya saben. Apostados desde los techos, tienen un sistema que les permite evacuar la droga ante los patrulleros que vienen y pasarla de casa en casa».
La actuación de la Unidad de Prevención Barrial en este hecho revela también otra clave para acceder a uno de los territorios más conflictivos en suelo porteño y controlarlo. Con más de 400 hombres en cinco centros, cubre puntos como Ciudad Oculta y la Villa Zavaleta, el lugar con mayor índice de homicidios según cifras oficiales, además de la 31 bis. Patrulla la zona en sus cuatriciclos, crea lazos de confianza con vecinos e interviene en conflictos para un control táctico de la zona. Su intervención, por ejemplo, fue clave para lograr el procesamiento del presunto sicario Juan «Piedrita» Arredondo. La semana pasada, personal de la Unidad capturó en la manzana 110 a Julián Martínez, un motochorro que había cometido un presunto robo en la estación de Retiro minutos antes para huir hacia el interior del asentamiento en su moto Honda. Se le secuestraron una pistola .9mm con siete balas listas para disparar.

La disco «Tarzán», por lo pronto, estaría bajo el control de dos hermanos paraguayos que fueron investigados por la Justicia. Una banda local,«Los Sampedranos», que ya fueron investigados por el fiscal Federico Delgado y denominados así por provenir de la zona de San Pedro en el país vecino, tiene un cierto nivel de control sobre el barrio. Fuentes judiciales hablan de un rol incierto: algunos los vinculan a «Tarzán», otros los señalan como una banda de mercenarios freelance que trafican y realizan golpes para el mejor postor.

El viernes último, el juez Luis Rodríguez ordenó un operativo al área de Investigaciones Criminales de la Policía Metropolitana en la misma zona luego de tareas de inteligencia: lostraficantes paraguayos que operan en el Playón Este fueron el principal blanco. Se encontró, aseguran fuentes policiales, poca droga, pero se detuvo a cinco paraguayos implicados.

Hoy, la Unidad enfrenta diversas necesidades: no solo mejorar sus instalaciones sino también sumar efectivos para sus tareas de control, así como mejorar e incrementar su flota de cuatriciclos, esenciales para ingresar en los pasillos de los asentamientos y acceder a los lugares de conflicto y motos en un futuro cercano.
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