Una bomba activada por control remoto explotó al paso de un vehículo militar en el sureste del país, luego de que este miércoles fallecieran otras 28 personas por el estallido de un coche bomba en Ankara.

Numerosas ambulancias se trasladaron al lugar de los hechos en la carretera entre Diyarbakir y Bingol, en el sureste del país.

Este ataque se produce solo un día después del atentado perpetrado por un suicida con un coche bomba en el centro de Ankara, en el que murieron 27 militares y un civil.

El gobierno turco acusó a la milicia sirio kurda PYG de ser responsable de este atentado, el más grave en Turquía desde el pasado mes de octubre, cuando murieron más de 100 personas en un doble ataque suicida en Ankara.

Pocas horas tras el atentado de Ankara, la aviación turca atacó posiciones del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en el norte de Irak, donde habría «eliminado» a entre 60 y 70 rebeldes.

Turquía está en medio de un complejo operativo militar que incluye frentes en el sureste del país, donde trata de combatir las estructuras urbanas del PKK, en el norte de Siria, donde ataca con artillera transfronteriza a las milicias kurdas, y en el norte de Irak donde bombardea desde el aire las bases del PKK.