Piden hoy la imputación a dos adultos por el asesinato de la chica de Rufino

Son la madre del chico que confesó el homicidio y el concubino de ésta. El fiscal pidió liberar a los abuelos al no hallar elementos probatorios suficientes como para incriminarlos.

Mauricio Clavero, el fiscal que investiga la causa, pedirá hoy la imputación de los dos adultos.

El hallazgo de prendas con manchas que podrían ser de sangre en la vivienda donde fue encontrada Chiara Páez, la chica asesinada y enterrada en la casa de su novio, en Rufino, se convirtió ayer en la principal novedad de la causa que conmueve a la ciudad y al país. Y podría ser un elemento de peso a la hora de definir el futuro procesal de algunos de los adultos detenidos en el marco de la investigación. Pero no fue la única noticia, ya que el fiscal que investiga el caso, Mauricio Clavero, pidió la libertad de los abuelos de Manuel M. (16 años), novio de la chica y autor confeso del crimen, y hoy pedirá la imputación a la madre del chico y al concubino de ésta por homicidio agravado en calidad de partícipe.

Estos datos sobresalientes se conocieron ayer, cuando se supo que los abogados Gerardo Salaberry y Natalia Ferrero se constituyeron en querellantes en representación de la familia de la joven de 14 años, quien murió ultimada a golpes, lo que permitirá, entre otras actuaciones, poder pedir pruebas, solicitar medidas, apelar y acceder a la documentación del caso. Ambos letrados participaron de la audiencia de constitución de querellantes ante la jueza de la Investigación Penal Preparatoria, Lorena Garini.

Mientras, se espera que hoy el fiscal Clavero pida en la audiencia imputativa que se realizará, a las 11, que Carolina V. madre del novio de Chiara, y el concubino de ésta, Carlos C., queden imputados por el homicidio. Luego se hará otra audiencia para solicitar la prisión preventiva. Ellos se hallaban detenidos junto a Paulina Z. y Tomás V. los abuelos del joven. Todos compartían la misma casa de San Martín al 800, donde el domingo por la noche encontraron el cadáver de la chica, tras un día de intensa búsqueda.

En cuanto a los abuelos, desde el Ministerio Público de la Acusación informaron que el fiscal pidió la libertad al no hallar elementos probatorios suficientes como para incriminarlos. Al cierre de esta edición se supo, aunque extraoficialmente, que ya estaban libres.

Fue el mismo fiscal Clavero quien confirmó ayer a LaCapital que la tarde del martes se hallaron escondidas en la habitación que comparten la madre del chico y su pareja prendas, en principio de un varón adulto, con manchas compatibles con sangre. Esto tendrá que demostrarse a través de peritajes. Pero si se trata de sangre y si se determina que es la de la joven asesinada, podría ser vital para determinar responsabilidades penales entre los detenidos adultos. Además ayer hubo en la casa pericias para buscar medicación.

En diálogo con este diario, el fiscal comentó que ayer estuvo reunido con el padre de la víctima, Fabio Páez, y con la abogada Natalia Ferrero, quien representa a la familia que resolvió presentarse como querellante. Esto, para Clavero, resulta importante porque «nos permitirá trabajar juntos». En cuanto a los dos adultos que irán a audiencia imputativa, serán representados por el abogado Pablo Domínguez, del Servicio Público de la Defensa Penal.

El caso. Chiara Páez tenía 14 años, estudiaba en Instituto Nuestra Señora de la Misericordia y cursaba un embarazo de ocho semanas. El sábado fue a cenar con amigas a la casa de una de ellas, y cerca de la medianoche les dijo que iba a encontrarse con su novio, pero prometió que volvería antes de las 1.30. Al ver que no retornaba, las amigas le enviaron mensajes por el celular, que fueron respondidos, pero ellas sospecharon porque no era la forma de escribir de Chiara. Llamaron a Manuel, quien les dijo que la chica ya no estaba más con él. Preocupadas, se comunicaron con la madre de la chica y le dijeron la novedad.

La búsqueda comenzó en las redes sociales y, una vez formulada la denuncia, se hizo concreta por parte de la policía, la Justicia, personal de Defensa Civil y hasta unos 300 vecinos, que se organizaron en cuadrillas. El domingo por la tarde, perros adiestrados se unieron a la búsqueda, y se dirigieron a la casa de San Martín al 800. Antes de que llegaran, el novio de Chiara salió con su padre, que es policía, y se dirigió directamente a la Alcaidía policial, donde confesó el crimen. Los perros llegaron al patio de la casa donde vivían Manuel con sus abuelos, su mamá y la pareja de ésta, y ya en el patio reconocieron el lugar donde estaba enterrada Chiara, en un pozo de unos 80 centímetros de profundidad. Eran aproximadamente las 22 del domingo. Tanto el novio de la víctima como los adultos que comparten con él la vivienda quedaron detenidos.

El lunes, Rufino amaneció conmovida por el caso, que tomó estado público a nivel nacional. El velorio de Chiara, que se prolongó hasta la mañana siguiente, fue un reguero de gente, que no podía entender la brutalidad del crimen ni el cinismo con que el presunto victimario se había manejado, incluso al comunicarse con la madre de Chiara y ofrecerle su colaboración.

El martes, mientras se inhumaban los restos de la joven, se hacía la reconstrucción del hecho con la participación del chico, que en todo momento dijo que actuó solo. Sin embargo, los fiscales advirtieron inconsistencias en su discurso, sobre todo en lo que hace a la mecánica del crimen, ya que el chico adujo haber utilizado algún elemento contundente, mientras que las pericias científicas determinaron que la chica murió a golpes de puños. Esas inconsistencias fueron las que llevaron a Clavero a proponerse trabajar a fondo en la investigación sobre la presunta participación de alguno de los adultos.

Los adultos. El martes por la tarde, en una conferencia de prensa, Clavero, el fiscal regional de Venado Tuerto, Alejandro Sinopoli, y el adjunto de esa ciudad, Mauro Blanco, advirtieron, entre otros conceptos, que no había hasta entonces elementos probatorios que permitieran acreditar la participación de los adultos en el caso. Es más, después se supo que durante la reconstrucción del hecho, Manuel, un muchacho menudo, les demostró que podía en media hora cavar un pozo como aquél en el que fue enterrada Chiara.

Sin embargo, la aparición de la ropa presuntamente ensangrentada se convirtió en un elemento nuevo y fundamental en la investigación. Las prendas, halladas las últimas horas del martes por la policía de Investigaciones y de Criminalística, serían una prueba esencial para imputar a los dos adultos que quedaron tras las rejas.

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