Narcotráfico: ¿Quién investiga la droga en pueblos y pequeñas ciudades del interior?

El fenómeno del narcotráfico se ha instalado en la agenda política y mediática desde hace tiempo. Con la explosión de la guerra sin precedentes en Rosario y el avance en Capital y el conurbano, los ciudadanos comenzaron a exigir medidas concretas para acabar con el flagelo. La violencia en general (la inseguridad) es el principal reclamo de los argentinos según todas las encuestas. ¿Qué sucede en las pequeñas localidades del interior? drogas28nov2014

En la Provincia de Buenos Aires, la venta ilegal de drogas se extiende en todo el territorio; sin embargo, es común que las autoridades se refieran al tema haciendo hincapié en el conurbano. Días atrás, el Ministro de Seguridad Alejandro Granados indicó que «el buen trabajo» realizado por la administración Scioli hizo que los narcotraficantes buscaran otros destinos, y citó el ejemplo de Rosario.

A su vez, desde Santa Fe afirman que el fenómeno no es exclusivo de Rosario (aunque en esta ciudad la tasa de homicidios cuadriplica la media nacional y en la Provincia está preso quien fuera Jefe de la Policía Hugo Tognoli por vínculos narcos), sino que se da en todo el país.

Basta consultar el archivo de localidades que no superan los 100.000 habitantes donde por lo general hay detenidos por consumo y tenencia menor sin que haya equipos especiales para determinar procedencia y comercialización en localidades donde se facilita mucho el tráfico, fraccionamiento y distribución para establecer la gravedad en la que están sumergidos ciudadanos que en muchos casos no tienen dónde radicar sus denuncias.

En tanto, los mass media focalizan la situación narco en los grandes centros urbanos de la Argentina.

Sin embargo, en las pequeñas localidades del interior(de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, por ejemplo)sucede lo mismo, aunque por lo general con menos violencia. Lo particular aquí es que los vecinos conocen quiénes venden, quiénes compran, dónde se vende, además de que la policía está enterada de todo y el intendente también.

Existen casos en que los Intendentes o Presidentes de Comuna han elevado cartas a autoridades provinciales dando detalles, nombres y apellidos de los vendedores de drogas, modalidades, etc., y nada ha sucedido. Existen otros casos en los que la dirigencia mira para otro lado o bien es cómplice.

El narcotráfico en los pueblos es parte del paisaje cotidiano. En este marco, en muchos distritos se han generado mecanismos de «denuncia anónima«, ante el miedo que genera acusar a un presunto vendedor de estupefacientes. Sin embargo, escasean los procedimientos y, más aún los detenidos, lo que ha terminado por desanimar a los denunciantes.

Lo cierto es que en estos casos no existen mecanismos institucionales que funcionen, la Justicia y la policía están ausentes, las autoridades locales sin recursos, y los vecinos, absortos sin tener a quien recurrir, ven cómo crece el narcotráfico delante de sus narices

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