Personal Municipal-Pacini , sobre el área de recursos humanos,»creemos que debe ser encabezada,por un profesional que entienda en el área. No podemos seguir sujeto a las improvisaciones»

El intendente contestó, en una entrevista a solas con LA OPINION, sobre todos los temas del momento, entre ellos el de los fitosanitarios y los problemas en un sector de su Gabinete. También se refirió a las cuestiones más arraigadas como la inseguridad y el tránsito. Y no podía faltar la referencia a lo que sucederá con su carrera política.

No era una mañana más para Omar Pacini. Estaba en su mente la posibilidad de que uno de sus alfiles desde su arribo a la Intendencia tuviera que irse. Movimientos internos propios de la gestión, reacomodamiento de piezas para lograr eficiencia, pases de facturas típicos de la política, o la causa que fuese, tenían en jaque la continuidad de Juan José Marconato como jefe de Gabinete. Y esa preocupación, junto a las repercusiones del tratamiento de su veto a la ordenanza de fitosanitarios, se notaba en el rostro y en el ánimo del intendente que, sin embargo, se mostraba seguro de cómo estaba piloteando esa situación. No negó el problema de Marconato, sino que lo explicó y dejó abierto el final, al menos hasta mañana en que el funcionario retornará de sus vacaciones.

Mate en mano estaba esperando al periodista. Sus secretarias respiraron cuando, algo tarde, el hombre de prensa llegó a la cita. “Por fin, tres veces ya había preguntado por vos”, fue la exclamación medio en tono de gracia y otro tanto de reproche. Algo extraña la situación por ser la prensa quien casi siempre espera a los entrevistados.

Un póster de Racing campeón sujetado con chinches a la puerta de madera recibe a la visita. Y cuando advierte el atuendo casualmente rojo del periodista, descargó un dardo al corazón de su interlocutor: “De fútbol con ustedes (por los de Independiente) mejor no hablamos”.

“Entonces hablemos de todo lo demás”, fue el rápido contraataque. “No hay problemas, mis entrevistas son a agenda abierta”, retrucó y así empezó el reportaje.

– ¿Cuál es la sensación que le quedó después de tantas idas y vueltas con la ordenanza de los fitosanitarios?

– Nos queda la seguridad de que hemos actuado en términos democráticos y republicanos, que hemos respetado -obligadamente en algún caso- la decisión de los concejales y también consideramos que tratamos de volcar a través de un proyecto de ordenanza complementario del voto parcial que habíamos elevado, lo que interpretamos que era una decisión quizás menos arbitraria que la ordenanza en sí o el punto en conflicto, pero que trataba de alguna manera de contemporizar y de lograr que cuando se tuviese el informe definitivo en términos científicos del tema en discusión, el Concejo Deliberante y nosotros obráramos en consecuencia. Afortunadamente para mí por lo que significa, el proyecto fue presentado antes de que se rechazara el veto, con lo cual tengo la tranquilidad de haber obrado bien.

Además en estas horas estaremos firmando con la Universidad de Buenos Aires un convenio marco para seguir trabajando en estas cosas y para darle un margen de seguridad al asunto. 

– ¿Por qué no hay un marco regulatorio nacional o provincial que evite este tipo de situaciones en los municipios?

– La Provincia de Buenos Aires hace más de 20 años que está en deuda con la sociedad en términos generales y con los productores agropecuarios en particular porque no hay una ley que regule este tipo de aplicaciones, más allá de las resoluciones del Senasa y todos los complementos. Por algo debe ser, no le encuentran la vuelta.

En estos momentos hay un proyecto que está en estudio por parte del Ministerio de Salud, el de Infraestructura y el Opds, pero no más que eso. Estuve en contacto, además, con el Ministerio de Asuntos Agrarios y nos han pedido el texto completo de la ordenanza para tenerlo como punto de referencia.

– ¿Cuándo y cómo se implementará esta normativa?

– Habrá que implementar la reglamentación, trabajar en la adecuación de las normas para que, respetando la ordenanza, haya un cumplimiento estricto de quienes trabajan con estos productos, por respeto a quienes creen que hay riesgos con las fumigaciones y también para responsabilizar a quienes son los encargados de hacerlo para que lo hagan como corresponde.

– En términos prácticos, ¿cree que es posible en lo inmediato controlar el cumplimiento de lo normado? ¿Cuál será el organismo encargado del control?

– Sí, es posible, pero tiene que haber un compromiso de parte de todos. Nosotros para regularlo y controlarlo tendremos que articular con la Provincia los mecanismos para poder hacerlo. 

Lo que sí debemos proveer nosotros son las estaciones para que se puedan medir las condiciones meteorológicas en los distintos puntos del Partido de Pergamino, porque no es lo mismo La Violeta que Mariano H. Alfonzo.

Estamos iniciando los contactos con la Bolsa de Cereales de Rosario que ya tiene colocados algunos dispositivos en la región, para conocer si esos datos pueden ser utilizados para estos fines. De lo contrario lo haremos nosotros por cuenta propia, trabajando también con el Inta.

– ¿La disputa con el Concejo por este asunto ya es un caso cerrado?

– Para mí es un tema terminado, no existe la posibilidad de que yo pueda intervenir sobre lo legislativo en forma inmediata, pero si ahora yo tuviera la oportunidad de hacerlo no lo haría, porque es una decisión soberana de los concejales.

Es un hecho superado y en el fondo creo que con todos los errores y aciertos que hemos tenido en todo esto, hemos avanzado y colocado algunas pautas que van a servir como punto de referencia en la provincia de Buenos Aires. En eso, muy sabiamente algunas pequeñas comunas de la provincia de Santa Fe muy cercanas a nosotros, le han encontrado una solución al mismo problema, que nosotros elevamos para su consideración, pero no ha tenido eco. Pero ya está…

– ¿Qué movimientos han sacudido por estos días a la planta del personal municipal y que podrían desembocar en la salida del jefe de Gabinete?

– Han existido algunas desinformaciones que se producen como consecuencia de algunas infidencias de algunas áreas que tendrían que mantener en secreto su actividad. No lo han interpretado así y ventilaron algunas decisiones que ni siquiera estaban consensuadas ni razonablemente tratadas. Eso provocó una reacción de mi parte y en algunas áreas he tenido que hablar con los responsables y los demás integrantes para decirles que no podemos tolerar ese tipo de cosas porque generan malestar, porque la gente se hace la idea -muchas veces fogoneada- de que se está pasando por arriba de algunos y no es así, y además porque constituye una irrespetuosidad y una suerte de falta de consideración con lo que tiene que ser la responsabilidad de quien está a cargo de todo esto.

Nos habían avasallado algunas cosas en ese sentido, hemos tratado de establecer un punto de inflexión y los cambios que se han hecho no son tan importantes como para que tengan la enorme trascendencia que parecen haber tenido.

– No obstante el área de Recursos Humanos pasará de la órbita de la Jefatura de Gabinete a la de Economía y Hacienda…

– Es una cosa razonable si lo medimos en términos del correlato que tiene que haber entre la parte económica y presupuestaria y la decisión que tiene que emanar de ahí. Así que no me parece que sea tan serio el asunto.

– ¿Habrá reemplazo en el área de Recursos Humanos?

– Debido a la modernización que tiene que tener todo Municipio, creemos que el área debe ser encabezada, en un futuro no sé si mediato o inmediato, por un profesional que entienda en el área. No podemos seguir sujeto a las improvisaciones.

– ¿Está prevista la salida de algún funcionario?

– No, en absoluto. Escuché la versión de que yo le había pedido la renuncia a un secretario, cosa que desmiento categóricamente. Tampoco nadie me ha presentado su renuncia. Lo lamento por aquellos que buscan el morbo sensacionalista de que echaron a alguien.

– Concretamente se apunta a que Juan José Marconato podría sentirse afectado porque no tendrá más a su cargo el área de personal.

– Marconato está de licencia y vuelve el lunes (por mañana). Yo no tengo pensado pedirle que renuncie porque lo considero un colaborador muy valioso. No sé que decisión pueda tomar él.

– Todos estos rumores se basan en una supuesta interna entre “pacinistas” y “gutierristas”. En ese marco ¿cómo es su relación con el exintendente Gutiérrez?

– Mi relación con “Cachi” nunca fue ni ríspida, ni de enojo y mucho menos de rivalidad. Somos amigos desde hace muchos años y si estoy en el lugar en el que estoy es por “Cachi”. Fui su primer concejal en varias administraciones, recibí de su parte esa confianza que tiene ejemplos negativos en muchos lugares, porque hay primeros concejales que les hicieron la vida imposible a los intendentes con tal de quedarse al menos una semana al frente del Gobierno. Yo no tuve jamás una enemistad con “Cachi”, jamás se ha entrometido en mi gestión, algunas veces, antes y después de asumir hemos tenido algún cambio de opinión, pero no más que eso. Además yo no me puedo dar el lujo de no consultarlo si me parece oportuno.

Por ejemplo en un momento dado se dijo que él me había impuesto algunas designaciones dentro del gabinete, cosa que desmiento categóricamente. Y es más: voy a dar nombre y apellido. Cuando se incorporó Carlos Elizalde como secretario general, una versión decía que me lo había impuesto Gutiérrez, y la verdad es que “Cachi” no sé si se enojó, pero por lo menos a Elizalde y a mí nos dijo: “Por lo menos me hubieran avisado”.

– Su alineamiento nacional con Ernesto Sanz y el de Gutiérrez con Julio Cobos puede llegar a ser un condicionamiento de esa relación?

– Todo lo contrario, me parece que es una buena forma de llevar toda el agua para el mismo molino.

– Se supone que en materia política usted no va a dar ninguna pista sobre su futuro, al menos hasta que pase la Convención de la UCR el 14 de este mes en Gualeguaychú…

– Evento al que voy a ir porque no quiero que lo cuenten cambiado. Esas reuniones son muy extensas y yo voy a ir como oyente porque no soy convencional, por lo que voy a tratar de ubicarme en algún lugar para que después no me cuenten la mitad de lo que se hable. No es por desconfianza pero a veces son tantas las cosas que se hablan que algo puede quedar en el camino.

Será un hecho importante para la historia política argentina porque va a marcar líneas.

– ¿De esta Convención puede depender su candidatura a intendente?

– De este encuentro puede depender lo que yo debo poner en consideración con los correligionarios. Soy y seguiré siendo radical y lo digo porque lamentablemente en los últimos tiempos hubo tantos cambios y tantas negociaciones con la política que no obedecen a ninguna cuestión de principios sino que son propias de las miserias de la política. Y a mi esas cuestiones no me interesan, yo no estoy para negociar cargos ni futuro. No quiero ser ni diputado, ni senador, ni gobernador, sino que quiero terminar una gestión dignamente. No me olvido que me encontré inesperadamente en este lugar de intendente, y trataré de terminar lo mejor posible sabiendo que estoy gobernando para el ciento por ciento de la población de Pergamino. Por eso no entro en ese tipo de negociaciones por cargos. No vivo de la política, no me interesa vivir de la política y no quiero que con el transcurso del tiempo me señalen como tal.

– ¿Pero va a ser candidato?

– Si la Unión Cívica Radical determina algún tipo de unidad y esa alianza me resulta satisfactoria en lo que me pueda significar mi participación a futuro, lo analizaré muy fríamente a la luz de varias circunstancias: primero por una cuestión cronológica, porque ya tengo unos cuantos años y no es muy sencillo tomar un compromiso de estas características, sobre todo porque ser intendente de un Partido como el de Pergamino es una máquina trituradora, porque determina obligaciones de las que no es posible soslayar. Por eso hay que rodearse de un equipo que permita trabajar y obtener buenos resultados. En ese sentido, humildemente creo que tan mal no nos ha ido en este último tiempo, pero eso debe correr por cuenta de ustedes los periodistas que lo tienen que analizar y de la gente en general que es la que en definitiva tiene que decidir.

– En términos de gestión, ¿qué cosas siente que se han podido cumplir satisfactoriamente y cuáles aún lo mantienen preocupado?

– Hemos hecho obras que para algunos fueron inesperadas o sorprendentes porque las encaramos con recursos propios y que tendrían que haber llegado por otra vía. Lo pudimos hacer y en un año que no era electoral. Tenemos que continuar con ese plan de obras, tenemos que darle respuestas a la gente en todas sus demandas. No podemos resolverles inmediatamente los problemas a todos pero por lo menos los vamos escuchando y poniendo en una agenda que va teniendo realizaciones. Creo que le estamos debiendo a la gente algunas mejoras en calles, ampliación de cordones cuneta, la limpieza, etcétera.

Tenemos un área de Tierras, que es difícil de manejar y estamos tratando de darles alguna solución a los que están con ese inconveniente.

Con el tema de la limpieza quiero hacer hincapié en que hemos renovado contratos con cooperativas que hacen el trabajo de muy buena manera.

– ¿Puede adelantar alguna realización que tiene pensada para este año?

– En términos de obra estamos en condiciones de anunciar que vamos a intervenir el puente Juan B. Justo-Merced, que desde hace años merece una remodelación, con ensanchamiento incluido. En los próximos días se podrán brindar más detalles, pero la decisión ya está tomada.

También podemos adelantar, aunque en este caso con la salvedad de que seguimos en la etapa de análisis, que tenemos intenciones de implementar el sistema de mano única en las avenidas De Mayo y Alsina y el cambio de mano en algunas calles. Esto es a modo de adelanto, reitero, porque no hay nada definido al respecto, y no queremos cometer errores. Lo concreto es que lo tenemos seriamente bajo estudio y con intenciones de hacerlo si se determina que significará una mejora para todos.

– Ahora que está bien desde adentro, ¿ve que la gente le reclama solo ese tipo de cosas a un intendente o también le exige otras cuestiones que no son propias de resolver para un municipio?

– Hay episodios que no tienen absolutamente nada que ver con el intendente, pero si ocurren dentro de la ciudad pasan a ser del intendente. Así lo siento yo, por lo menos.

Ocurre con las inundaciones, cuando cortan las rutas, cuando hay un accidente de características extrañas. En esos casos lo que podemos hacer es poner a disposición todos los mecanismos que están a nuestro alcance.

Pero un asunto puntual es el de la seguridad, donde la gente viene a hacernos el reclamo. En ese sentido hemos reforzado las patrullas urbanas, nos hemos manejado con una buena calidad de prestación con el 108, tenemos una buena disposición con el Comando de la Policía, el ministro Alejandro Granados nos ha respondido, es decir que no nos podemos quejar en ese sentido, pero quizás falta un correlato con las disposiciones judiciales, porque tenemos un grave problema con el caso de los menores que delinquen, que siguen con su capacidad delictiva y no se ve un mecanismo para que se pueda solucionar en lo inmediato, y se advierte una recurrencia que nosotros desde nuestro lugar no podemos cortar.

La semana próxima vamos a restablecer los contactos con organismos provinciales competentes en la materia para ver si podemos reflotar algunos mecanismos que nos habían prometido el año pasado. Pero no depende de nosotros y eso es lo que a veces nos cuesta hacerle entender a la gente que se siente parte vulnerable de un escenario de violencia y vulnerabilidad que muchas veces nosotros no podemos solucionar.

– Algunas respuestas de la Provincia se han visto…

– Es cierto que en alguna medida tenemos respuestas de la Provincia, como la incorporación de más efectivos o el envío de dos móviles nuevos para la Patrulla Rural, pero padecemos un problema mucho más grave cuya solución de fondo nos excede, con el agravante de que la situación más problemática la producen los menores, que es hacia donde hay que apuntar, porque Pergamino se ha convertido, demográficamente, en una ciudad importante, ya no somos un pueblo grande.

– ¿Cree realmente que nos ven así desde la Provincia a la hora de bajar políticas de seguridad o no existimos como una amenaza en el mapa del delito bonaerense?

– En la provincia de Buenos Aires las respuestas en algunos casos están marcadas por las líneas que baja el gobernador, y nosotros no estamos identificados con esa línea. Pero tampoco nos han soltado las manos, sino que hemos tenido algunas respuestas. Pero en este problema puntual de la seguridad, creo que hemos chocado contra la falta de medios o recursos.

Hablando con gente de otros distritos, que son de la línea política del gobernador, ocurre lo mismo que acá, porque lo que siento es que falta una decisión política para combatir este flagelo de manera inmediata. Y eso no depende ni de Granados (Alejandro, ministro de Seguridad bonaerense), ni de nosotros, ni de funcionarios de la segunda línea. Y tampoco se requiere de una inversión gigantesca, sino de una cuestión voluntaria. 

Por ejemplo el móvil que necesitamos para recorrer desde Pergamino a San Nicolás y la creación de un Centro de Menores en conjunto con San Nicolás para lo que contamos con un trabajo acordado con el intendente Ismael Passaglia con quien tengo una muy buena relación, aún no se ha podido materializar porque hay algún detalle que vaya uno a saber por qué razón hace fracasar estas iniciativas.

Pero nosotros, después de solucionar algunas cuestiones inmediatas en el orden doméstico, le vamos a poner especial énfasis a esta cuestión porque queremos llegar a una solución con el tema de los menores. Y ahí creo que daremos un paso importante.

– ¿Cuál es su opinión sobre el tránsito vehicular, otro de los problemas que padece Pergamino?

– Veníamos bastante bien hasta finales del año pasado. Pero durante las Fiestas, cuando uno tiene algún tipo de contemplaciones propias de las circunstancias para que se pueda beneficiar un puñado de comercios, se nos desorganizó bastante el tránsito. Desgraciadamente el vecino nuestro no es de acatar las normas, y en ese sentido pienso que hay que ser riguroso. Soy un convencido y me hago cargo de una frase que no es mía pero que la he escuchado en este último tiempo: yo no sé si uno tiene que ser totalitario o extremadamente duro, pero estoy convencido de que hay que ser riguroso en el sentido de que si existen las reglas hay que cumplirlas. Y acá en algunos casos hay una anarquía absoluta.

Si alguien no acata las ordenanzas, infringe las leyes, está por encima del respeto hacia el ciudadano que está al lado, tiene que haber quien se lo haga saber y se deben aplicar las sanciones que le correspondan. Es una cuestión cultural y educativa, y desgraciadamente en estos casos hay que ser riguroso con las sanciones.

Fuente:LA OPINION

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